Olas de calor marinas se triplican desde 1940: el 47% se debe al cambio climático, revela estudio internacional

Las olas de calor marinas, es decir, los períodos prolongados de temperaturas excepcionalmente altas en la superficie del mar, casi se han triplicado desde 1940 como consecuencia directa del calentamiento global inducido por actividades humanas, según un reciente estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
La investigación, realizada por el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA – CSIC-UIB) en España y el National Centre for Atmospheric Science de la Universidad de Reading en el Reino Unido, revela que el aumento de estos fenómenos extremos representa una grave amenaza para los ecosistemas marinos y destaca la huella inequívoca del cambio climático sobre los océanos.
El equipo de investigadores, liderado por la doctora Marta Marcos, del Departamento de Física de la Universitat de les Illes Balears (UIB), desarrolló un modelo climático contrafactual que elimina los efectos del calentamiento global, con el fin de comparar escenarios y aislar la influencia humana.
Este modelo demostró que el 47% de las olas de calor marinas ocurridas entre 2000 y 2020 no habrían sido consideradas eventos extremos sin el impacto de las emisiones antropogénicas.
Además, se concluye que el calentamiento global ha incrementado en promedio 1°C la intensidad de estas olas de calor desde 1940, mientras que la frecuencia de días con temperaturas marinas extremas se ha triplicado en ese mismo período.
Las olas de calor marinas tienen consecuencias alarmantes para la biodiversidad oceánica: afectan a arrecifes de coral, praderas marinas, y provocan eventos de mortalidad masiva en especies sensibles a los cambios de temperatura.
“Los episodios extremos recientes en aguas del Mediterráneo y del norte del Atlántico, como los registrados en los veranos de 2021 a 2023 con incrementos de más de 2°C, son claros ejemplos del efecto acumulado del calentamiento global”, señaló Marcos.
Otros eventos históricos, como la ola de calor en el noreste del Pacífico (2014-2015) o la que afectó al mar de Tasmania (2015-2016), también mostraron una fuerte relación con el cambio climático inducido por el ser humano.
El estudio también identificó diferencias geográficas en la distribución y características de estas olas de calor. Por ejemplo:
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En zonas ecuatoriales y tropicales del Pacífico oriental y el Atlántico oriental, las olas de calor son más frecuentes, pero menos intensas.
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En cambio, en áreas septentrionales del Atlántico, el Pacífico Norte y el mar Báltico, los eventos son menos persistentes, pero más intensos.
El modelo desarrollado por los investigadores ofrece una herramienta poderosa para comprender el papel del calentamiento global en los cambios marinos a nivel local y regional, lo que permitirá anticipar amenazas y diseñar estrategias de adaptación y mitigación frente al cambio climático.
“Estos eventos no solo reflejan una tendencia preocupante, sino que ponen a prueba la capacidad de los ecosistemas marinos para adaptarse a condiciones climáticas cada vez más extremas y frecuentes”, concluyó la autora principal.