Claudia Sheinbaum, entre los 100 líderes ambientales más influyentes del mundo: TIME
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, fue reconocida por la revista TIME como una de las 100 personas más influyentes en el ámbito ambiental a nivel global, un logro que la posiciona como una figura clave en la lucha contra el cambio climático.
La mandataria mexicana comparte esta prestigiosa lista con personalidades como Ajay Banga, presidente del Banco Mundial; Bill Gates, fundador de Breakthrough Energy y TerraPower; y el príncipe Harry, duque de Sussex y creador de Travalyst.
Un liderazgo con base científica
Según la publicación, Sheinbaum es una de las pocas líderes mundiales con un profundo conocimiento en ciencia climática. Antes de dedicarse de lleno a la política, contribuyó como coautora de dos informes clave para el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas, lo que la coloca en una posición privilegiada para comprender y abordar los retos ambientales de su país y del mundo.
TIME destacó su capacidad para aplicar este conocimiento en su gobierno, aunque reconoció los desafíos que enfrenta. México, un país con una alta dependencia del petróleo y vulnerable a fenómenos como sequías y huracanes, exige soluciones innovadoras y un liderazgo decidido.
Un camino complejo pero prometedor
A pesar de las dificultades, la presidenta ha promovido programas como Sembrando Vida, que combina reforestación y desarrollo social, y ha llevado la sostenibilidad al centro de la agenda nacional. Recientemente, anunció en el G20 su propuesta para redirigir el gasto mundial en armamento hacia programas de paz y combate a la pobreza, posicionando a México como un líder en iniciativas globales contra el cambio climático.
Sheinbaum se une a esta lista selecta como una líder que combina ciencia, política y visión global, reafirmando el papel de México en la lucha por un futuro más sostenible.
Con este reconocimiento, Claudia Sheinbaum no solo refuerza su liderazgo en el ámbito ambiental, sino que envía un mensaje claro al mundo: el conocimiento científico y la acción política pueden unirse para transformar el futuro del planeta.