La deuda de Pemex con Grupo Carso supera los 700 millones de dólares, según reveló el propio conglomerado durante su más reciente reporte financiero. Los montos corresponden a servicios de perforación, soporte técnico y otras tareas integrales en campo, fundamentales para la operación petrolera de la empresa productiva del Estado. Revista Guinda te trae la información.
Algunos de estos pagos están pendientes desde hace más de dos años, lo que refleja la prolongada crisis de liquidez que enfrenta Petróleos Mexicanos.
La tercera parte de la cartera de Grupo Carso depende de Pemex
Durante una llamada con inversionistas, Arturo Spinola, director de Administración y Finanzas de Grupo Carso, explicó que cerca de una tercera parte de su cartera está comprometida con Pemex. Esta situación representa un riesgo financiero considerable para la firma del empresario Carlos Slim.
Además del monto adeudado, Spinola indicó que muchas de las facturas aún no han sido reconocidas oficialmente por Pemex, lo que complica su cobro y genera incertidumbre jurídica y financiera para el proveedor.

Deuda de Pemex con Grupo Carso: problemas estructurales
La deuda de Pemex con Grupo Carso no es un caso aislado. Desde hace años, contratistas del sector energético han denunciado demoras sistemáticas en los pagos, procesos burocráticos opacos y prácticas irregulares como el cobro de comisiones indebidas para liberar recursos.
Diversas organizaciones, como Coparmex, han exigido que se depure el modelo contractual de Pemex, pues los retrasos afectan la operación de empresas clave en la cadena productiva energética nacional.
Riesgos financieros para Pemex y sus proveedores
Aunque Grupo Carso ha sido uno de los aliados estratégicos de Pemex en contratos de exploración y producción, la falta de pagos ha encendido alertas internas. La revelación de la deuda de Pemex con Grupo Carso ocurre en un contexto complejo para la empresa estatal, que atraviesa por una revisión de su calificación crediticia y enfrenta presiones fiscales.
El caso pone en evidencia la urgencia de una reestructura financiera en Pemex, que permita garantizar relaciones más sostenibles con sus proveedores y asegurar la continuidad de sus operaciones clave.