La minuta de la Ley de Amparo es enviada sin correcciones a la Cámara de Diputados. Hay llamados de juristas y legisladores a revisar los puntos más controversiales de la reforma referentes a su retroactividad. La decisión del Senado confirma que el texto aprobado se envió tal cual a la Cámara Baja, en un proceso que varios analistas consideran apresurado y políticamente muy calculado. Revista Guinda te trae los detalles.
Un envío sin cambios y con tensiones políticas
La minuta de la Ley de Amparo es enviada sin correcciones. Una de las apuestas más firmes del actual bloque legislativo: limitar la posibilidad de que los jueces suspendan leyes o actos de autoridad con efectos generales. En San Lázaro, el documento ingresó sin alteraciones en su redacción ni en los artículos más discutidos. Estos son los referentes a su retroactividad, que está expresamente prohibido por la Constitución. Esto toca directamente el equilibrio entre el Poder Judicial y el Legislativo.
El senador Ricardo Monreal defendió la decisión, asegurando que “el Senado actuó con prudencia al no introducir cambios de última hora”. Sin embargo, en voz baja, varios legisladores reconocen que la discusión interna estuvo lejos de ser tersa: los intentos por moderar la reforma toparon con el bloque oficial.
Entre la prudencia política y el cálculo jurídico
El senador Monreal subrayó que la prudencia no implica sumisión, sino respeto a los acuerdos alcanzados. Pero para la oposición, el envío sin ajustes es una muestra de alineación con la estrategia de Morena, que busca mantener bajo control los mecanismos judiciales de impugnación.
Desde su tribuna, la bancada del PAN advirtió que esta versión de la Ley de Amparo podría reducir la protección ciudadana frente a decisiones del Estado. En tanto, el PRI pidió un “debate constitucional de fondo” antes de su promulgación. El trasfondo, dicen los expertos, no solo es jurídico: es también un pulso político sobre quién realmente fija los límites del poder.
Duendes legislativos y la suposición del control
En un análisis publicado por El País, se alude a unos “duendes legislativos” que alteraron la ley a última hora, aludiendo al peso de operadores políticos dentro del Congreso. De ahí surge el nombre de Manuel Huerta, senador cercano a Adán Augusto, quien ya habría hecho maniobras similares en el pasado al agregar de última hora artículos transitorios a propuestas de leyes.
El proceso legislativo continuará en San Lázaro
En la Cámara Baja, la minuta de la Ley de Amparo es enviada sin correcciones. La agenda legislativa tiene varias reformas estructurales y está por discutirse el paquete económico. El presidente de la Mesa Directiva, Ricardo Monreal confirmó que se abrirá un periodo de revisión técnica, aunque sin descartar un trámite rápido. También aplaudió que se haya decidido seguir adelante con el proceso legislativo, resaltando su pulcritud.
Los observadores legislativos prevén que, más allá del trámite, este episodio reavivará el debate sobre la independencia judicial y la capacidad del Congreso para corregirse a sí mismo.
En los pasillos, la narrativa ya está en marcha: se habla de eficiencia y gobernabilidad, otros ven en esta reforma ensayos para corroborar quién está a cargo, lo cual carga el aroma inconfundible de tiempos que ya se suponían idos.