EEUU cancela la visa de Alex Tonatiuh Márquez
La decisión estadounidense de cancelar la visa de Alex Tonatiuh Márquez no cayó en frío en el tablero de la relación bilateral, estamos en medio de un jaloneo diplomático por la situación del comercio bilateral. El golpe alcanzó directamente al director general de Investigación Aduanera, una pieza clave dentro de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), encargado de seguir la pista a esquemas de evasión, subvaluación y uso de empresas fachada en el intercambio transfronterizo. Washington la señal es contundente, acorde a las tácticas del presidente Trump: cuando un funcionario con acceso privilegiado a información estratégica entra en zona de sospecha, la primera barrera que se levanta es la frontera misma.
El funcionario detrás de las investigaciones sensibles
En México, el nombre de Alex Tonatiuh Márquez se había mantenido, hasta ahora, más en los expedientes que en los titulares. Su rol al frente de la investigación aduanera lo colocaba en la línea de fuego contra redes dedicadas al llamado huachicol fiscal, un fenómeno que combina trucos financieros, ingeniería de facturas y complicidades a ambos lados de la frontera. La paradoja es evidente: el encargado de revisar operaciones sospechosas termina bajo el escrutinio del país con el que se supone que debe coordinarse para desarticularlas.
Versiones periodísticas lo describen como un funcionario cercano a la cúpula aduanera, con acceso a información valiosa, precisa, sobre rutas, empresas, agentes y patrones de operación. En el ecosistema de aduanas, eso equivale a tener en las manos el mapa de intereses más sensibles: desde importadores legítimos que compiten con márgenes ajustados, hasta estructuras que usan el comercio como vehículo para mover dinero, mercancía y poder político.
Lo que dice Washington
El caso despegó de la esfera consular cuando empezaron a documentarse vínculos de Márquez con ALEDO, una empresa señalada en investigaciones periodísticas por operaciones de importación textil difíciles de explicar bajo parámetros normales de mercado. El punto más delicado aparece cuando esas operaciones se conectan con una firma colombiana que arrastra antecedentes por sus lazos con el Cártel de Cali y que fue sancionada por la OFAC a inicios de siglo. Ahí, para la burocracia de cumplimiento estadounidense, ya no se trata solo de comercio: se convierte en una potencial ruta de lavado.
En ese contexto, la cancelación de la visa opera como una suerte de cortocircuito preventivo. EEUU no necesita hacer pública una acusación formal para enviar el mensaje de que algo en ese entramado no le genera confianza. La herramienta migratoria se vuelve un instrumento de presión política y de gestión de riesgos, especialmente cuando quien está en la mira es un funcionario con acceso a información estratégica y capacidad de incidir en investigaciones sensibles.
Una decisión política
En su postura, Márquez insiste en que el proceso es de carácter personal, que no afecta sus funciones y que, eventualmente, podría solicitar nuevamente el documento si cumple los requisitos. La defensa busca trasladar el caso al terreno burocrático; sin embargo, en términos de percepción pública y de coordinación internacional, el impacto va mucho más allá de como si fuera una cita negada en la embajada.
Para el gobierno mexicano, el caso abre preguntas incómodas: ¿Cómo blindar las áreas más sensibles del Estado frente a posibles infiltraciones? ¿Hasta dónde se comparte información con un aliado que, al mismo tiempo, cuestiona la confiabilidad de uno de los mandos clave? En el corto plazo, la narrativa oficial buscará contener el daño; en el mediano, el expediente de Márquez será un termómetro de qué tan dispuesta está la nueva administración a revisar, relevar o sostener perfiles en posiciones estratégicas, incluso cuando arrastran sombras que ya cruzaron la frontera.
Al fondo, permanece una constante: el tablero aduanero es hoy uno de los campos donde se cruzan intereses fiscales, criminales, empresariales y diplomáticos. Cada movimiento, como la decisión de que EEUU cancela la visa de Alex Tonatiuh Márquez, deja ver apenas una parte de la disputa de fondo por quién define las reglas y quién se beneficia de las grietas del sistema.
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