México entre los países con mayor desperdicio de alimentos
El desperdicio de alimentos se ha convertido en un problema crítico a nivel mundial debido a sus impactos sociales, económicos y ambientales. En México, esta problemática es especialmente alarmante, ya que se desperdician más de 20 millones de toneladas de alimentos al año, mientras que cerca del 34 % de la población enfrenta inseguridad alimentaria, según datos del Banco Mundial. Este contraste resalta la urgencia de adoptar medidas efectivas para mitigar el problema.
La aprobación de la Ley General de Alimentación Adecuada y Sostenible en abril de este año representa un avance importante. Sin embargo, el éxito de esta legislación dependerá de su implementación, prevista para el último trimestre del año, y de la capacidad de generar incentivos adecuados. Actualmente, México carece de una infraestructura logística eficiente para recolectar, almacenar y distribuir alimentos donados, lo que dificulta que tanto grandes empresas como pequeños productores se adapten a las regulaciones sin incurrir en costos elevados.
A nivel internacional, países como Francia, Italia y Noruega han demostrado cómo las leyes pueden fomentar la donación de alimentos no vendidos y reducir el desperdicio. En Latinoamérica, Chile ha implementado iniciativas que permiten la venta de productos con imperfecciones o próximos a caducar, logrando rescatar toneladas de alimentos. En México, programas como Hambre Cero Nuevo León destacan por su enfoque intersectorial, sirviendo como modelo para políticas futuras.
La nueva legislación debe considerar la diversidad del mercado mexicano, que incluye desde grandes cadenas de supermercados hasta pequeños vendedores en la economía informal. Además de normas claras, será necesario promover incentivos fiscales, subvenciones para infraestructura de reciclaje y compostaje, y programas educativos que fomenten una cultura de responsabilidad social y sostenibilidad.
La reducción del desperdicio alimentario no solo beneficia al medio ambiente, sino que también impacta positivamente la economía y la seguridad alimentaria. Implementar estas prácticas, especialmente en eventos internacionales como el Mundial 2026, podría posicionar a México como un referente en sostenibilidad, demostrando que la innovación y la colaboración son clave para enfrentar este desafío global.