“Operativo Enjambre en Edomex: Fosas Clandestinas Descubiertas con Huellas de Tortura en las Víctimas”
Toluca, Méx. – En abril de 2024, un escalofriante hallazgo sacudió la tranquilidad de Nicolás Romero, en el Estado de México: dos fosas clandestinas que contenían los restos de al menos diez personas. El descubrimiento, que se dio a conocer tras una exhaustiva investigación, destapó una red de corrupción y complicidad dentro de la policía municipal, vinculada directamente con organizaciones criminales que operaban en la región.
Las víctimas, cuyos cuerpos fueron encontrados en pozos de hasta 40 metros de profundidad en la colonia El Mirador, mostraban claras señales de tortura. Según los informes de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), algunas de estas personas fueron arrojadas aún con vida, lo que agrava aún más la naturaleza de este macabro crimen. La Fiscalía, que emprendió la indagatoria bajo el nombre de “Operativo Enjambre”, descubrió que los perpetradores no solo eran miembros de grupos delictivos, sino que también contaban con la protección y colaboración de policías locales.
Las pesquisas señalaron la participación activa de oficiales y mandos de la policía municipal como piezas clave dentro de una organización criminal que operaba en estrecha relación con varios de los cárteles más poderosos del país, incluidos “La Familia Michoacana”, “Jalisco Nueva Generación”, “Unión Tepito”, “Nuevo Imperio” y “Anti-Unión Tepito”. Entre los meses de abril y junio de 2024, como parte de los operativos conjuntos de la FGJEM, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Marina y la Guardia Nacional, se logró la captura de 24 personas, entre ellas 11 agentes de la policía municipal, quienes fueron acusados de graves delitos como homicidio, secuestro exprés, y tráfico de personas.
Este caso ha revelado la profunda infiltración de las estructuras criminales en las fuerzas de seguridad locales, y cómo estos elementos facilitaron actividades delictivas, incluyendo ejecuciones y desapariciones forzadas. Las autoridades ya han identificado a nueve de las víctimas cuyos restos fueron encontrados en las fosas, y algunos de ellos están vinculados a las desapariciones recientes de conductores de transporte público en la región de Nicolás Romero.
Los detenidos fueron puestos a disposición de la Autoridad Judicial, y en la mayoría de los casos se llevaron a cabo dos audiencias para determinar su situación jurídica. Este caso no solo resalta la creciente violencia en el Estado de México, sino también la necesidad urgente de reformar y depurar las corporaciones policiales, que continúan siendo vulnerables a la infiltración del crimen organizado.