PLURALISMO Y HUMANISMO, LAS BANDERAS DE ARMENTA
En su toma de posesión manda señales de apertura para superar divisiones por el bien de Puebla, donde dice, consolidará la transformación que lidera Claudia Sheinbaum, a quien llama su “gran inspiración”
En un guiño al pluralismo que representa una señal de cambio en la polarización y falta de diálogo que ha prevalecido en Puebla en los últimos seis años, Alejandro Armenta Mier se estrenó como gobernador haciendo un reconocimiento a todas las fuerzas políticas representadas en el Congreso poblano, que por unanimidad aprobaron las reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública del estado, dándole a su naciente gobierno la estructura burocrática necesaria para atender sus compromisos de campaña.
Al convertirse en el primer gobernador que rinde protesta en la nueva sede del Poder Legislativo, llamó, desde ese edificio que empieza a construir una nueva historia legislativa, a todas las fuerzas políticas a continuar siendo partícipes de ese capítulo que a partir de ahora se debe escribir en Puebla.
“Por un Estado en donde los tres poderes y los tres órdenes de gobierno trabajemos en armonía, superando intereses ajenos al amor a Puebla y nuestra Constitución. Gobernaré para todas y todos”, dijo e hizo un llamado a las diputadas y diputados, a las y los integrantes del Poder Judicial, y a las autoridades municipales, a entender que “los cargos ni son para siempre ni nos pertenecen. Los cargos son para servir a la población”.
Arropado por los exgobernadores Antonio Gali Fayad, Melquíades Morales Flores, Guillermo Pacheco Pulido, así como por la dirigente nacional de Morena Luisa María Alcalde Luján, y acompañado de su papá, Rafael Armenta, y su esposa Cecilia Arellano, Armenta recibió el Poder Ejecutivo de manos de Sergio Salomón Céspedes, el gobernador que terminó el periodo del fallecido Miguel Barbosa.
En su mensaje reiteró el respeto al Poder Legislativo, y anunció que en breve enviará iniciativas de ley para comenzar el trabajo coordinado con los demás poderes.
Pese a ese tono conciliador, en su discurso también hubo dardos para sus principales rivales y segunda fuerza política del estado, los panistas. Al agradecer el liderazgo de su antecesor, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, a quien calificó como el continuador del primer gobierno de izquierda, recordó que éste inició cuando Miguel Barbosa derrotó a los conservadores luego de una dura lucha “contra los privilegios y el abuso del poder de la derecha”.
Afirmó que va a construir el Segundo Piso de la Cuarta Transformación, para lo que se trabajará con la presidenta Claudia Sheinbaum, a quien llamó su gran inspiración.
“Millones de personas confiaron en nuestra Presidenta de México, mujer científica, fundadora del movimiento de transformación más grande de América Latina. Estaremos alineados y coordinados con los principios de su gobierno. Mantendremos la vigencia de la austeridad republicana y el combate a los privilegios de los gobiernos del viejo régimen para hacer justicia. Consolidaremos la separación del poder económico del político, ello permitirá materializar el principal propósito de nuestro movimiento”, dijo en referencia a la Presidenta.
Armenta Mier remarcó que estará alineado con el Gobierno Federal, para consolidar la bioética social, el municipalismo y el humanismo.
“Me guío por los principios del Humanismo Mexicano y la Bioética Social, que se verán reflejados en cada decisión de mi gobierno”.
El hoy gobernador de Puebla también tuvo palabras para recordar el millón 900 mil votos que se consiguieron en la pasada elección, así como el importante papel que juega la educación en Puebla.
“Puebla seguirá siendo referente ideológico, político, social, la cultura, del arte, de la innovación y de la ciencia. Puebla posee el 6 % de la matrícula educativa nacional. Este esfuerzo lo encabeza mi alma mater la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y más de 14 mil escuelas públicas y privadas en el Estado”.
Alejandro Armenta aclaró que los cargos son para servir a los ciudadanos e indicó que no habrá tolerancia a la corrupción, bajo los principios de no mentir, no robar y no traicionar al pueblo.
“¡No puede haber gobierno rico con pueblo pobre! En mi Gobierno cada servidor y funcionaria pública debe regirse por los principios de la Cuarta Transformación y el Humanismo Mexicano. Haremos respetar las leyes y normas que impulsen una prosperidad compartida, la austeridad en el manejo de los recursos públicos, y un servicio público eficiente sin corrupción ni prebendas”.