Grave rezago en México en la cobertura de planes de alimentación escolar
México se encuentra entre los países con mayor rezago en América Latina y el Caribe en términos de cobertura de programas de alimentación escolar. Aunque el promedio de atención en la región varía entre el 30% y 40% de la matrícula escolar, México solo cubre aproximadamente el 18% de los escolares, atendiendo a más de 6 millones de estudiantes con desayunos y comidas. Esta situación fue expuesta por Liliana Bahena, coordinadora de la campaña Mi Escuela Saludable, de El Poder del Consumidor.
El desafío para garantizar un acceso adecuado a una alimentación nutritiva y balanceada en las escuelas no solo proviene de la resistencia de la industria de productos ultraprocesados, sino también de los hábitos alimenticios poco saludables prevalentes en muchos hogares. Estos hábitos, junto con la creciente epidemia de obesidad y sobrepeso, han afectado principalmente a niños, niñas y adolescentes.
A pesar de los esfuerzos de programas como los desayunos escolares y las comidas calientes en las escuelas de tiempo completo, el país está lejos de alcanzar un verdadero programa de alimentación escolar universal y gratuito. Especialistas coinciden en que estas iniciativas no solo son una inversión en salud y bienestar, sino que tienen un retorno económico considerable. Según la UNESCO, por cada dólar invertido en alimentos escolares, se generan nueve dólares en beneficios a largo plazo en términos de salud.
Los índices de sobrepeso y obesidad en la población escolar son alarmantes. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) Continua 2023 reporta que el 34.2% de los niños de 5 a 11 años y el 38.1% de los adolescentes de 12 a 19 años sufren de sobrepeso u obesidad. Además, un alto porcentaje de esta población presenta deficiencias en micronutrientes esenciales, como las vitaminas B12 y D.
El consumo de productos ultraprocesados también sigue siendo elevado, debido en gran medida a la publicidad dirigida a niños y adolescentes. Las familias, en muchos casos, eligen productos calóricos y bebidas azucaradas por la influencia de la mercadotecnia, lo que dificulta la implementación de hábitos alimenticios más saludables.
A pesar de los esfuerzos por parte de las autoridades y las comunidades escolares para cambiar estos patrones, como la instalación de comedores escolares, el financiamiento destinado para los programas sigue siendo insuficiente. Según el programa La Escuela es Nuestra, el costo por alumno es de solo 15 pesos por comida, lo que no cubre el costo real de los alimentos nutritivos que se necesitan.