Vicepresidente Vance
El artículo II, Sección I de la Constitución Política de los Estados Unidos de América establece la figura de Presidente y Vicepresidente, los cuales podrán estar en el cargo por cuatro años. La Enmienda XX, Sección I, del año 1933 establece que el periodo del Presidente y del Vicepresidente concluye al medio del vigésimo día de enero. Por su parte, la Enmienda XXII, del año 1951 establece que el periodo presidencial en Estados Unidos de América no puede ser mayor de dos periodos, es decir ocho años.
Realizo esta breve descripción constitucional norteamericana porque me gustaría abordar el tema de la figura del Vicepresidente y las repercusiones políticas que tiene hacia dentro de Estados Unidos y su peso político en el resto del mundo.
El vicepresidente de los Estados Unidos desempeña varias funciones importantes, tanto constitucionales como políticas, que son esenciales para el funcionamiento del gobierno.
Aunque históricamente el papel del vicepresidente fue limitado, en la práctica moderna, este cargo se ha vuelto mucho más influyente, dependiendo de las prioridades de la administración y de la relación entre el presidente y el vicepresidente.
Abordo este tema, ya que en la Administración Trump llegará como vicepresidente el joven James David Vance quien creció en medio de la pobreza del cinturón industrial de Ohio, en el seno de una familia disfuncional y logró superar esta situación y ser admitido en la Universidad de Yale para graduarse en Derecho, lo que le abrió las puertas a los estratos más altos de la sociedad norteamericana. Antes de sus estudios universitarios, Vance se alistó en la Marina estadounidense y sirvió allí durante cuatro años, incluyendo el servicio un despliegue de seis meses en Irak como periodista militar, en 2005.
Como figura política emergente con una base populista y conservadora, Vance tiene el potencial de impactar significativamente en las decisiones de una administración liderada por Trump.
J.D. Vance podría emerger como una figura central que complementa y refuerza la agenda de Trump, particularmente en temas económicos y sociales. Su capacidad para traducir ideas populistas en políticas concretas sería clave para medir su impacto.
No localicé un registro sobre la postura del próximo vicepresidente Vance sobre la relación con México en la siguiente Administración Trump, pero no considero que se aleje mucho de la postura que ha enunciado el próximo presidente.
En X me encuentras como @martinberdeja