Senadores del PRI califican como “ridícula e inaceptable” la propuesta de Trump de renombrar el Golfo de México
Senadores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) criticaron duramente la propuesta del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien sugirió cambiar el nombre del Golfo de México por el de Golfo de América. La iniciativa fue calificada como un acto populista, carente de fundamento y una distracción frente a los problemas reales de la región.
La senadora priista Claudia Anaya comparó la propuesta de Trump con las acciones de un político inexperto. “Cual presidente municipal novato y populista que llega al cargo y comienza a cambiar el nombre de las calles, Trump ahora quiere renombrar el Golfo de México como si eso solucionara los problemas de la región. Es una completa tontería,” declaró Anaya.
En entrevista, la senadora también se refirió a las declaraciones de Trump sobre México, en las que afirmó que el país está “esencialmente dirigido por los cárteles”. Al respecto, Anaya reconoció la creciente influencia del crimen organizado en el país:
“No reconocer esta realidad no significa que no exista. Hoy en día, la delincuencia organizada tiene una presencia alarmante: pone y quita presidentes municipales, organiza ferias, controla la distribución de productos como alcohol, cigarros y vapeadores, y comete actos de extorsión, secuestro y desapariciones. La complicidad y omisión del Estado mexicano han permitido este crecimiento exponencial”, subrayó.
“Es imperativo que las autoridades recuperen el control territorial y político para evitar que esta situación derive en una debacle social y económica.” Por su parte, la senadora Anabell Ávalos, secretaria de la Comisión de Relaciones Exteriores América del Norte del Senado, calificó la propuesta de Trump como una declaración desafortunada.
“Cambiarle el nombre al Golfo de México no implica que pase a ser propiedad de Estados Unidos. Existe un derecho internacional que delimita claramente las fronteras de cada país. Más allá de esta ocurrencia, debemos apostar por el diálogo entre México, Estados Unidos y Canadá para fortalecer los acuerdos existentes, como el T-MEC,” afirmó.
Ávalos subrayó la importancia de mantener relaciones diplomáticas sólidas y estratégicas, especialmente en temas sensibles como la migración, los aranceles y las industrias clave para la economía mexicana:
“El T-MEC beneficia a los tres países. Sectores como la industria automotriz, agropecuaria y eléctrica han sido de los más favorecidos. No podemos permitir que amenazas o declaraciones sin fundamento pongan en riesgo los empleos, los derechos de los migrantes o la estabilidad económica,” añadió.
Ávalos también expresó su esperanza de que, una vez que Trump asuma la presidencia el 20 de enero, su discurso y sus políticas adopten un tono más constructivo.
“Hasta ahora, las declaraciones de Trump han sido amenazantes y desafortunadas. Pero confío en que, una vez en el cargo, su enfoque sea más diplomático y pragmático. México no puede permitirse más conflictos ni pérdidas económicas. Es crucial defender los derechos de nuestros migrantes y garantizar que no se vulneren sus derechos humanos,” afirmó.
La senadora insistió en que el Gobierno Federal y el Congreso de la Unión deben responder con firmeza a cualquier intento de Trump de afectar los intereses de México. “Nuestro compromiso es claro: defender a México con mesura, pero con contundencia. Si el lenguaje amenazante persiste, tendremos que reaccionar con posicionamientos claros y estrategias sólidas que protejan a nuestro país,” concluyó.
Ambas senadoras coincidieron en que el fortalecimiento del diálogo y la cooperación regional son fundamentales para abordar los retos comunes entre México, Estados Unidos y Canadá.
“Esperamos que las relaciones bilaterales entren en una dinámica más constructiva. Los desafíos como la migración, el comercio y la seguridad deben ser tratados desde una perspectiva de colaboración, no de confrontación,” puntualizó Ávalos. Con estas declaraciones, los legisladores del PRI reiteraron su compromiso de defender la soberanía nacional y trabajar por una relación equilibrada y respetuosa con el gobierno estadounidense.