México y el T-MEC: Soberanía y beneficios frente a los desafíos históricos
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En el contexto del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), la presidenta Claudia Sheinbaum abordó una cuestión clave sobre los beneficios y posibles inconvenientes de este acuerdo, que comenzó en 1994 bajo la presidencia de Carlos Salinas de Gortari.
Aunque el T-MEC ha sido clave para fortalecer las relaciones comerciales entre México, Estados Unidos y Canadá, la presidenta destacó las diferencias sustanciales con el acuerdo original y los efectos que ha tenido en la economía mexicana.
Desde su firma en 1994, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), precursor del T-MEC, fue negociado en un contexto económico y político diferente, en el que México fue considerado como una ventaja competitiva por su mano de obra barata, lo que, según analistas, tuvo efectos perjudiciales para el país, especialmente en términos de salarios y condiciones laborales. El déficit comercial de México, que acumuló un total de 172,602 millones de dólares entre enero de 1994 y diciembre de 2024, refleja algunas de las consecuencias de este modelo económico.
Sin embargo, la firma del T-MEC en 2020, en el marco del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, introdujo modificaciones sustanciales que reflejan un cambio de enfoque. La inclusión de cláusulas que aseguran la soberanía energética de México, como resultado de una alerta del Centro de Estudios y la intervención del presidente electo López Obrador, representa un paso hacia la protección de los recursos naturales del país. La presidenta Sheinbaum destacó que este tratado ya no representa una pérdida de soberanía, sino un acuerdo de cooperación en términos comerciales con socios clave, sin sacrificar la independencia nacional.
El cambio en el contexto interno de México también ha sido crucial. Desde 2018, el salario mínimo y el salario medio en el país han experimentado incrementos, lo que ha llevado a una mejora en las condiciones de vida de la población, acompañado de una reducción en la pobreza y las desigualdades. Este cambio de rumbo económico, orientado hacia el bienestar social y la justicia laboral, es uno de los principales logros de la Cuarta Transformación y difiere del modelo neoliberal que prevaleció en el periodo anterior.
Con la próxima revisión del tratado en 2026, la administración de Sheinbaum se mantiene firme en su postura de defender la soberanía de México, reconociendo los beneficios del acuerdo, pero también dispuesta a abordar los posibles inconvenientes que puedan surgir. La revisión, aunque menor, se llevará a cabo en consulta con los gobiernos de Estados Unidos y Canadá, ya que el T-MEC sigue siendo un acuerdo trilateral clave para la economía de los tres países.
En resumen, la postura del gobierno mexicano en torno al T-MEC refleja un equilibrio entre aprovechar los beneficios del libre comercio y, al mismo tiempo, garantizar que las políticas comerciales sean coherentes con los intereses nacionales, la soberanía y el bienestar del pueblo mexicano. El desafío de México será seguir fortaleciendo sus relaciones comerciales sin perder de vista sus objetivos de desarrollo económico y social.