Legisladores en Debate Acérrimo sobre Reforma Energética y Crisis Humanitaria en México

Con una sencilla pero poderosa reflexión aritmética, la diputada de Movimiento Ciudadano (MC), María de Fátima García León, mostró este miércoles la complejidad y el ritmo acelerado con el que los diputados tenían que abordar el dictamen de más de mil páginas sobre las 10 leyes secundarias en materia de hidrocarburos. Este dictamen debía ser debatido y votado en un plazo de tan solo nueve días.
García León subrayó que la minuta del dictamen fue publicada el 3 de marzo, pero fue hasta el 12 de marzo cuando se hizo pública como dictamen aprobado, y ese mismo día fue pasada al pleno para su votación. “¿Por qué tanta prisa? ¿Por qué los coordinadores del grupo mayoritario no respetan el derecho a revisar este dictamen y a votar de manera informada y razonada?”, cuestionó la diputada, citando la frase del finado morenista Porfirio Muñoz Ledo, quien criticaba las formas aceleradas de legislar. Con solo un día para leer más de una ley cada 24 horas, García León destacó lo absurdo de la situación.
A pesar del desconocimiento generalizado sobre el contenido de la minuta enviada por el Senado, el miércoles de sesión también estuvo marcado por un clima de tensión y descalificaciones, cuando la crisis humanitaria en Jalisco, tras el hallazgo de hornos crematorios en Teuchitlán, se convirtió en un tema de discusión fúnebre en el Congreso.
El diputado del Partido del Trabajo (PT), José Luis Sánchez González, aprovechó un minuto de silencio solicitado por las víctimas de Teuchitlán para convertirlo en una intervención política. “Quiero referirme a la crisis humanitaria y al crimen abominable de lesa humanidad que vive mi estado, Jalisco”, comenzó, haciendo eco de la situación en el estado. Sin embargo, esta intervención no estuvo exenta de tensiones, ya que el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna, tuvo que intervenir para preguntar: “¿Cuál es su petición, diputado?”, debido a la tardanza del orador.
Desde su curul, la diputada del PAN, Paulina Rubio Fernández, calificó de “muy lamentable” que el horror vivido en Jalisco fuera utilizado para hacer política. Afirmó que “la gente no necesita discursos. La gente necesita respuestas” y recordó que en la sesión anterior había solicitado un minuto de silencio por las víctimas de Teuchitlán.
Por su parte, la diputada independiente Guadalupe Araceli Mendoza Arias propuso un minuto de silencio por las víctimas de feminicidios y otros crímenes en Michoacán, particularmente en su distrito, que abarca localidades como Tingambato, Ziracuaretiro y Uruapan.
La diputada del PAN, Carmen Rocío González Alonso, también se unió a la discusión, calificando como “fúnebre” lo que está ocurriendo en México, comparando la situación con los “campos de exterminio” en Jalisco, y acusando al presidente Andrés Manuel López Obrador de estar involucrado con el crimen organizado.
Mientras tanto, el diputado del PT Adrián González Naveda defendió al gobierno de López Obrador, alegando que han desmantelado el régimen de corrupción neoliberal y que el gobierno actual está combatiendo al “capitalismo de cuates”.
En una de las pocas intervenciones centradas en cifras, el diputado de Morena, Raymundo Vázquez Conchas, mencionó los incrementos en el precio de la gasolina durante el sexenio de Enrique Peña Nieto y el de López Obrador, comparando el aumento de un 82% en el gobierno anterior con un 21.3% bajo la actual administración, lo que desató gritos de descalificación en el pleno.
Por su parte, Rubén Moreira, coordinador del PRI, respondió con cifras relacionadas con el robo de combustible, mencionando que bajo Peña Nieto se detectaron 70 mil barriles de huachicol, mientras que bajo López Obrador la cifra ascendió a 340 mil barriles. También mencionó el sobrecosto de la refinería de Dos Bocas, que originalmente se estimó en 8 mil millones de dólares, pero que actualmente se encuentra en 24 mil millones de dólares, sin que se haya refinado una sola tina de combustible.
A pesar del clima de confrontación, la sesión culminó con la aprobación de las 10 nuevas leyes secundarias de la reforma energética, con 270 votos a favor, 93 en contra y cero abstenciones, y el dictamen fue turnado al Ejecutivo para su promulgación.