Madres de Víctimas de Feminicidio Exigen Justicia Frente al Palacio Nacional
El Zócalo de la Ciudad de México se ha convertido en el escenario de una protesta silenciosa pero cargada de dolor, donde siluetas de niñas y mujeres hechas de cartón han sido colocadas frente a las vallas metálicas que resguardan el Palacio Nacional. Estas figuras representan a las víctimas de feminicidio que, a pesar del paso del tiempo, siguen sin encontrar justicia en el país. Este acto simboliza el grito de auxilio de las madres que han perdido a sus hijas y que, cansadas de promesas vacías, buscan ser escuchadas.
Es el segundo día de plantón de familiares de mujeres asesinadas de manera violenta, y mientras permanecen frente al Palacio Nacional, el personal de la Secretaría de Seguridad Pública instala las vallas metálicas que protegen los inmuebles del gobierno federal y de la Ciudad de México. Esta escena se repite todos los días en la lucha por reconocer y condenar el feminicidio que sigue lacerando a la sociedad mexicana.
Entre las asistentes se encuentra Maricruz Velasco Nájera, madre de Karla Velasco, quien fue asesinada en 2018 por un compañero de trabajo en el Congreso del Estado de Chiapas. Maricruz, que tuvo que reunir pruebas por su cuenta para lograr que se detuviera y condenara al feminicida, expresa su frustración al decir que, a dos días del 8 de marzo, fecha en que se conmemora el Día Internacional de la Mujer, no todas las víctimas han llegado a ser reconocidas. “Nos dicen que nos escuchan, pero nuestras hijas nunca llegaron. Nosotros somos la voz de ellas”, afirma con dolor y rabia. Su lucha no ha sido fácil, y este plantón es un grito de justicia para todas las mujeres asesinadas sin castigo.
A su lado se encuentra Flor Emilia Alcázar, madre de Paola Jazmín Ocampo Alcázar, quien fue localizada sin vida dentro de una cisterna en la escuela donde trabajaba como intendente. El feminicidio de Paola, ocurrido en diciembre de 2022, sigue sin avances en la investigación. Con la voz quebrada por el sufrimiento, Flor Emilia pidió con el corazón en la mano que la presidenta Claudia Sheinbaum las reciba. “Somos mujeres de tercera edad y estamos agotadas de tanto sufrir“, implora. A pesar de las adversidades, su esperanza no se apaga, pero su confianza en las instituciones ha menguado.
Según datos oficiales, el Estado de México, Puebla, Morelos y Tamaulipas concentran el 37% de los feminicidios registrados en el país. En enero de este año, 54 mujeres fueron víctimas de feminicidio, y 51 sufrieron tentativa de feminicidio. Además, se registraron 19,313 casos de violencia familiar. Los datos son desgarradores y evidencian la magnitud de la violencia de género que afecta a millones de mujeres en México.
Junto con el feminicidio, el tráfico de menores, rapto y trata de menores son delitos en los que el 100% de las víctimas son mujeres, lo que refleja la cruda realidad de la violencia estructural que persiste en el país. En el caso de la trata de personas, las mujeres representan el 68.6% de las víctimas, mientras que en la corrupción de menores, son el 59.3%.
Cansadas de las promesas incumplidas, las madres de las víctimas decidieron dar un paso más en su lucha: exigen ser recibidas por la presidenta. Consideran que las comisiones de búsqueda y las fiscalías solo apuestan al cansancio y la resignación de las familias, dejándolas en un estado de desamparo absoluto. “Lo que queremos es que nos reciba la presidenta, no queremos intermediarios”, aseguró Maricruz Velasco, quien también manifestó que la impunidad sigue ganando terreno en los estados donde sus hijas fueron asesinadas.
Para presionar por una respuesta, algunas madres han iniciado una huelga de hambre, que suspenderán solo cuando sean atendidas por la mandataria. “No vamos a permitir que haya personas que se quieran lucrar con el dolor de nosotros. Somos nosotros los que estamos agonizando todos los días en nuestra casa”, dijo Maricruz, quien recordó que la falta de justicia en su estado y en muchos otros es el principal motor que las impulsa a seguir adelante, a pesar del sufrimiento y las adversidades.
Este plantón no solo representa la lucha de las madres que han perdido a sus hijas, sino también el grito de miles de mujeres que siguen siendo víctimas de la violencia feminicida en México. La incertidumbre, el dolor y la desesperación de estas familias siguen siendo ignoradas por las instituciones, que prometen justicia pero no la cumplen. Mientras tanto, las madres seguirán buscando respuestas, sin descanso, hasta que la justicia llegue para sus hijas.