CON JAVIER MAY, LA 4T POR FIN LLEGA A TABASCO
Tras una lucha de 30 años por justicia social, su ascenso al gobierno estatal representa la primera oportunidad real de lograr la igualdad en Tabasco.
Javier May, originario de Comalcalco, Tabasco, ha dedicado más de treinta años de su vida a la lucha por la democracia y la justicia social en México, con un enfoque particular en su estado natal. Su trayectoria política se caracteriza por un firme compromiso con las causas sociales y los derechos de la población, lo que lo ha consolidado como una figura clave en la política tabasqueña.
La historia política de Javier May comenzó en los años ochenta, cuando estableció una relación cercana con Andrés Manuel López Obrador. Esta conexión se convertiría en un pilar fundamental en su carrera, permitiéndole involucrarse en movimientos significativos que buscaban transformar la realidad social y política de México. Uno de los momentos más destacados de su carrera fue su participación en el Movimiento de Resistencia Civil Pacífica Contra las Altas Tarifas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Este movimiento evidenció su profunda preocupación por las injusticias económicas que afectaban a la población tabasqueña y demostró su capacidad de organización y liderazgo.
May ha sido un defensor incansable de los derechos de las comunidades más vulnerables, buscando siempre la equidad y la justicia. Su compromiso se refleja en su trabajo dentro de MORENA, donde ha promovido políticas que priorizan el bienestar de la ciudadanía. Su enfoque en el desarrollo social y económico de Tabasco ha resonado en los corazones de muchos, convirtiéndolo en un líder respetado y admirado en la región.
A medida que avanza en su gestión como gobernador, Javier May enfrenta el desafío de implementar un cambio significativo en la política estatal, aprendiendo de las lecciones del pasado y enfocándose en construir un futuro más justo y equitativo para todos los tabasqueños. Su liderazgo se basa en la esperanza de que, a través de un gobierno responsable y cercano a la gente, se puedan abordar los problemas estructurales que han afectado a Tabasco durante años.
Un hito relevante en su trayectoria ocurrió el 30 de septiembre de 2024, cuando tomó protesta como gobernador constitucional de Tabasco. Durante su toma de posesión, anunció un acuerdo presidencial con López Obrador que liberó a los tabasqueños de adeudos históricos con la CFE, un acto que simbolizó el compromiso de su administración por mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos y restablecer la dignidad de la población.
Los antecedentes de su trayectoria política en la izquierda le permitieron ganar una gran popularidad en Tabasco. En 1990, May se convirtió en el dirigente del Comité Ejecutivo Estatal del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Este rol le otorgó una plataforma para promover su visión de justicia social y lo posicionó como un líder destacado en el estado. Su liderazgo lo llevó a ser un participante activo en el “Éxodo por la Democracia” en 1991, una marcha encabezada por López Obrador que denunciaba el fraude electoral en las elecciones locales de aquel año.
La lucha de May no se detuvo allí; continuó su labor partidista en 1994 apoyando la campaña de López Obrador por la gubernatura de Tabasco. Durante esta época, las irregularidades electorales fueron notorias, lo que motivó a May y a otros compañeros a emprender la Caravana por la Democracia, la cual exigía justicia electoral y el respeto a la voluntad del pueblo.
Durante el segundo “éxodo” de tabasqueños hacia la Ciudad de México, May fue designado como responsable logístico por Andrés Manuel López Obrador, una asignación que refleja la profunda confianza que el líder depositaba en él y su capacidad organizativa. Entre 1995 y 1999, May ocupó diversos cargos en el Comité Directivo Estatal y Municipal del Partido de la Revolución Democrática (PRD), consolidándose como un líder indiscutible en Tabasco. El año 2000 representó un punto de inflexión en su carrera, ya que se convirtió en un ferviente promotor de López Obrador, quien competía por la Jefatura del Distrito Federal. Esta colaboración no solo reforzó sus lazos con Obrador, sino que también reafirmó el compromiso de May por llevar a cabo un cambio profundo en la política mexicana.
Con la fundación de Morena, May fue nombrado presidente ejecutivo estatal en Tabasco. Este papel le permitió continuar la lucha por la transformación que muchos mexicanos anhelaban, participando en la construcción de un partido que se erigió como una alternativa real en el panorama político del país. En 2018, López Obrador asumió la presidencia de la República, y May fue convocado a formar parte de su equipo de gobierno. En noviembre de 2018 solicitó licencia del Senado de la República para unirse al Gobierno Federal.
Esta decisión le permitió desempeñar un papel central en la administración de Andrés Manuel López Obrador, que aspiraba a transformar la realidad social del país, particularmente en beneficio de aquellos que menos tienen. Su nombramiento como titular de la Secretaría del Bienestar reflejó la confianza depositada en su capacidad para gestionar y coordinar programas que impactaran positivamente en la vida de millones de mexicanos.
Desde este cargo, Javier May se dedicó a diseñar e implementar estrategias que abordaran las necesidades más apremiantes de las comunidades rurales y urbanas, creando un puente hacia un futuro más equitativo.
LOS GOBIERNOS DE IZQUIERDA CON NÚÑEZ Y ADÁN AUGUSTO
La historia política de Tabasco ha sido marcada por intensos altibajos, especialmente durante las transiciones hacia gobiernos de izquierda, como los liderados por Arturo Núñez Jiménez, Adán Augusto López Hernández y Carlos Merino Campos. La gestión del actual gobernador Javier May, miembro del grupo político Fundadores en Morena, se presenta como un posible punto de inflexión que contrasta con el legado de sus predecesores, en medio de un contexto de controversias y herencias del pasado reciente.
Arturo Núñez Jiménez, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), tomó posesión en 2012 como el primer gobernador de alternancia tras 83 años de dominio del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Tabasco. Su llegada fue vista como un nuevo amanecer político, generando grandes expectativas de cambio y renovación. Sin embargo, este optimismo pronto se tornó en desencanto, ya que su administración fue considerada como una de las más depredadoras en cuanto al uso del dinero público. A pesar de que el PRD logró la mayoría absoluta en el Congreso y ganó en diez de los diecisiete municipios, el gobierno de Núñez se vio empañado por acusaciones de corrupción y desvío de fondos.
Por su parte, la llegada de Adán Augusto López Hernández fue vista como un renacer para la política de izquierda en Tabasco. Tras dejar el PRD en enero de 2012 para unirse al Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), se convirtió en una figura clave del partido, asumiendo la dirigencia estatal en 2016. Su renuncia en 2017 fue un movimiento estratégico que lo preparó para postularse como candidato en las elecciones estatales de 2018 bajo la coalición Juntos Haremos Historia, donde triunfó con el 61.37% de los votos, asumiendo la gobernatura el 31 de diciembre de ese mismo año.
Sin embargo, Adán Augusto no completó su mandato; el 26 de agosto de 2021, fue llamado por el presidente Andrés Manuel López Obrador para integrarse a su gabinete como secretario de Gobernación, marcando otro cambio significativo en la política tabasqueña. La transición de Javier May como nuevo gobernador representa la esperanza de un cambio en la gestión y la promesa de un gobierno que aprenda de las lecciones del pasado, en un contexto donde los desafíos siguen siendo numerosos.
COMPROMETIDO CON EL BIENESTAR SOCIAL
Javier May Rodríguez ha demostrado ser un actor fundamental en la administración pública de México, destacándose por su compromiso y liderazgo en el ámbito del bienestar social. Su trayectoria se ha construido sobre una sólida base de experiencia en la administración federal, donde ha ocupado cargos clave que lo han posicionado como un referente en la implementación de programas sociales.
Desde 2020 hasta 2022, May se desempeñó como secretario de Bienestar, un puesto que le permitió coordinar y supervisar una serie de programas sociales que se convirtieron en el estandarte de la administración del entonces presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Bajo su cargo, se gestionó la entrega de pensiones a personas adultas mayores, así como apoyos a personas con discapacidad y a hijas e hijos de madres trabajadoras. Este enfoque integral refleja su convicción de que servir a los sectores más vulnerables del país es no solo un deber, sino un honor.
En diversas ocasiones, May ha expresado que “poder ayudar y dar voz a los que nunca se atendieron” es su principal motivación en la función pública. Antes de asumir la secretaría de Bienestar, May ejerció como subsecretario de Planeación, Evaluación y Desarrollo Regional, donde impulsó la creación de Sembrando Vida, el programa de reforestación más grande del mundo. Este ambicioso proyecto busca la siembra de mil millones de árboles para reforestar un millón de hectáreas, resaltando no solo la importancia de la conservación del medio ambiente, sino también el compromiso con la generación de empleo en comunidades rurales.
El carácter solidario de Javier May se hizo aún más evidente en septiembre de 2020, cuando, en su calidad de secretario de Bienestar, encabezó la atención a las personas damnificadas por las inundaciones en su natal Tabasco. Este episodio no solo evidenció su liderazgo en situaciones de crisis, sino que también pone de manifiesto su conexión con la realidad social y económica de la región que representa. La atención a las emergencias sociales en la Frontera Sur fue una tarea que comprometió su tiempo y esfuerzo, reflejando su determinación por brindar apoyo a quienes más lo necesitan.
El papel de Javier May Rodríguez en la administración pública de México ha sido fundamental, particularmente en su liderazgo del programa Sembrando Vida. En octubre de 2021, tuvo la oportunidad de presentar los avances de esta iniciativa emblemática ante figuras estadounidenses como John Kerry, enviado especial para el clima, y Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en México. Este hecho no solo subraya la relevancia internacional del programa, sino que también posiciona a México como un actor clave en la lucha contra el cambio climático y en la cooperación regional con Centroamérica. Sembrando Vida se desarrolla en 20 entidades del país, abarcando 28 territorios y cubriendo un impresionante millón 111 mil 975 hectáreas, con el objetivo de reforestar y revitalizar tierras agrícolas. May destacó que el programa ha logrado crear 18 mil 101 Comunidades de Aprendizaje Campesino, así como 14 mil 610 viveros comunitarios y 18 mil 101 biofábricas que producen fertilizantes orgánicos. Este enfoque hacia la sostenibilidad y la agroecología refleja una clara intención de reemplazar los insumos químicos nocivos, mejorando así la calidad del suelo y el entorno. El impacto social del programa es igualmente notable. Con 444 mil 790 beneficiarios, de los cuales el 31 por ciento son mujeres, Sembrando Vida no solo se limita a reforestar, sino que también fomenta la inclusión social y el empoderamiento de las comunidades.
Además, la integración de 38 mil 515 jóvenes a través de Jóvenes Construyendo el Futuro destaca cómo el programa también sirve como una plataforma para la capacitación y el desarrollo profesional de los jóvenes en el campo. Es fundamental resaltar que estos logros no son producto de la casualidad; son el resultado de la insistente labor de May Rodríguez, quien ha subrayado que las regiones históricamente desatendidas merecen atención y recursos.
Gracias a su gestión y abogacía, el gobierno de López Obrador destinó un 39 por ciento del presupuesto federal de este programa a las entidades fronterizas más vulnerables, como Chiapas, Tabasco, Yucatán, Campeche y Quintana Roo. Esta decisión no solo aborda un histórico desdén gubernamental hacia la región, sino que también marca un cambio en la atención hacia las comunidades con mayores necesidades.
CLAUDIA, LA AMIGA DE TABASCO VÍA JAVIER
Su relación con Sheinbaum y su respaldo como candidata presidencial en el proceso interno fueron el preámbulo de numerosas visitas de la hoy Presidenta de México a Tabasco.
La historia política reciente de Tabasco está marcada por las tensiones y rivalidades internas que moldean el futuro del movimiento liderado por Andrés Manuel López Obrador. Un aspecto fundamental en esta narrativa ha sido la lucha por las candidaturas dentro de Morena, particularmente las de Javier May Rodríguez y Claudia Sheinbaum Pardo, ambos estrechos colaboradores del presidente y figuras representativas de la Cuarta Transformación.
La relación de ambos con López Obrador no es meramente circunstancial; ambos han sido parte del movimiento durante más de tres décadas, enfrentando numerosos obstáculos en su camino. Sin embargo, el adversario común de ambos fue Adán Augusto López Hernández, quien trazó una línea divisoria en ambos procesos internos. Como gobernador con licencia de Tabasco y titular de la Secretaría de Gobernación, López Hernández buscó hacerse de ambos espacios: la presidencial para él y, en Tabasco, para Yolanda Osuna. La historia política de este episodio ya está escrita.
En un sorprendente giro de eventos en el panorama político de Tabasco, el respaldo inquebrantable de José Ramiro López Obrador, hermano del presidente, a Claudia Sheinbaum acentuaba las tensiones en Tabasco. Su apoyo desde el inicio a la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México dejaba al descubierto la fractura interna con el grupo liderado por Adán Augusto López Hernández, el denominado “adancismo”.
La dinámica política en Tabasco experimentaba un cambio drástico, evidenciado por la destitución de tres funcionarios estatales por parte del gobernador sustituto, Carlos Manuel Merino Campos. Este acto de represalia, dirigido a aquellos que abiertamente apoyaron la candidatura presidencial de Claudia Sheinbaum, no solo marcó un punto de inflexión en la administración estatal, sino que también subrayó las crecientes tensiones dentro de Morena. Las repercusiones de esta decisión se sintieron a lo largo y ancho de varios municipios tabasqueños, donde la lealtad al liderazgo emergente de Sheinbaum se convirtió en un punto de contención.
Una vez que ambos políticos consolidaron sus candidaturas, el proceso de cicatrización interna dentro de Morena avanzó, dejando al descubierto que las diferencias aparentes se limitaban a los niveles más bajos del partido. La presidenta Sheinbaum ha empezado a distinguir públicamente a Javier May como uno de los gobernadores del sureste con un enfoque prioritario, subrayando su compromiso con la región. A tan solo un mes de asumir la presidencia, ya ha realizado una visita al estado, demostrando su interés y deseo de impulsar el desarrollo de Tabasco.
Bajo esta nueva administración, es previsible que Tabasco continúe beneficiándose de una serie de programas sociales, de salud e infraestructura, reforzados por las coincidencias entre la Presidenta y el gobernador.