MÉXICO, ¿LISTO PARA JUECES CON IDEOLOGÍA PARTIDISTA?
Los electores avalaron una profunda transformación del Estado Mexicano y sus instituciones, lo que incluye la forma de integrar al Poder Judicial Federal.
En una colaboración para Forbes, la analista Palmira Tapia, Maestra en Políticas Públicas por la Universidad de Oxford y Licenciada en Ciencia Políticas y Relaciones Internacionales, por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), de México, desmitifica la influencia de los partidos políticos en la designación de jueces de todos los niveles, incluidos los ministros de la Corte Suprema, y pone como ejemplo a democracias avanzadas como la estadounidense y la suiza, donde la injerencia partidista en la designaciones judiciales es abierta. Bajo esa perspectiva, Tapia señala la necesidad de analizar si el recientemente derogado método de nombramiento de los integrantes de la Suprema Corte, que estaba vigente desde 1994, y que establecía que los ministros se eligieran por el Poder Legislativo de entre ternas propuestas por el Poder Ejecutivo, era el idóneo para una sociedad que en las recientes elecciones se mostró a favor de la transformación del Estado Mexicano y sus instituciones o si es hora de transparentar la influencia ideológica- partidista en esas designaciones. Precisamente sobre la designación de jueces ideológicamente independientes que hoy se reclama en México, la analista cita como un caso singular el de Suiza, donde los jueces a nivel cantonal son elegidos por elección popular o por el Parlamento. “En uno u otro caso, los partidos políticos tienen un papel central: para ser juez se necesita ser miembro activo o tener una cercanía declarada a un partido. Con este método, la ciudadanía tiene la garantía que ´los jueces representarán las diferentes tendencias políticas presentes en la sociedad (Pacheco y Russo, 2019)´”, contextualiza. Sobre esta claridad en la tendencia ideológica de los jueces, agrega Tapia, la “Corte Suprema de Estados Unidos ofrece un ejemplo nítido. Como es bien sabido, los presidentes en turno proponen a los jueces que se acerquen mejor a su orientación política, mismos que son ratificados por el Senado; así, los presidentes republicanos tienden a nombrar jueces conservadores, mientras que los presidentes demócratas se decantan por jueces liberales. Al ser cargos vitalicios, se considera que los jueces pueden gana