La presidenta Claudia Sheinbaum anunció que impulsará la eliminación del fuero legislativo como parte de la próxima Reforma Electoral. El planteamiento llega en medio de tensiones políticas y casos recientes que han puesto bajo la lupa a actores de alto nivel. Revista Guinda te trae los detalles.
El fuero en la mira presidencial
En un país donde la protección del fuero ha sido sinónimo de impunidad para unos y de estabilidad para otros, la propuesta de Claudia Sheinbaum se lee como un intento de romper con un viejo candado institucional. La presidenta presentó la iniciativa ante la Comisión Presidencial Electoral, subrayando que “el fuero pertenece al pasado”.
El contexto no es menor: la demanda surge tras semanas en que la opinión pública ha señalado el uso del fuero como escudo para evitar responsabilidades políticas y judiciales.
Sheinbaum busca terminar con el fuero en la Reforma Electoral
La frase “Sheinbaum busca terminar con el fuero” no es solamente un titular de coyuntura. Es la señal de que su gobierno pretende dejar atrás décadas de inmunidad parlamentaria. La medida se plantea como parte central de la Reforma Electoral, que busca reordenar la relación entre poderes y fortalecer la rendición de cuentas.
En sus palabras, el Congreso debe ser un espacio de servicio y no un refugio para quienes temen enfrentar a la justicia. La eliminación del fuero, dijo, abre la puerta a una política más transparente y cercana a la ciudadanía.
Un movimiento político con varios destinatarios
La propuesta también se inserta en el debate abierto tras el caso de Adán Augusto López, cuyas recientes menciones en investigaciones mediáticas han avivado la conversación sobre la pertinencia de mantener fueros a legisladores. Aunque Sheinbaum evitó personalizar el mensaje, el trasfondo político es evidente.
Hay otros más que mencionan que se refiere a opositores como Alito Moreno, otros actores afirman más que es bien podría deberse a ambas vertientes y por supuesto hay otros más que defienden esta posición a una solicitud de décadas de la ciudadanía.
Lo que está en juego
Más allá de la coyuntura, el debate sobre el fuero revela una grieta histórica: la tensión entre representación popular y privilegio personal. Terminar con la figura no solo reconfiguraría las reglas del juego en el Congreso, sino que obligaría a repensar la cultura política mexicana.
Que Sheinbaum busca terminar con el fuero implica también asumir el costo político de enfrentar resistencias internas, pues algunos legisladores de distintos partidos ven en la inmunidad un seguro indispensable frente a denuncias que puedan tener tintes políticos.
Un paso hacia la transparencia
En la narrativa oficial, este anuncio se proyecta como parte de una agenda que busca dar coherencia al discurso anticorrupción. Para Sheinbaum, la eliminación del fuero sería un gesto claro de que la ley se aplica de manera pareja, sin blindajes ni excepciones.
De aprobarse, México daría un paso que pocas democracias de la región han logrado: desmontar uno de los símbolos más antiguos de la política protectora de élites.