Con el objetivo de transformar estructuralmente los sistemas de salud y economía del país, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo presentó este jueves un ambicioso plan para incentivar la inversión y la producción nacional de medicamentos, dispositivos médicos y vacunas. La iniciativa fue dada a conocer durante la conferencia matutina desde Palacio Nacional y contempla la publicación de un decreto presidencial que condicionará las futuras compras públicas en el sector salud al compromiso de inversión dentro del territorio mexicano.
La mandataria explicó que, actualmente, México destina alrededor de 300 mil millones de pesos al año —aproximadamente 15 mil millones de dólares— a la adquisición de insumos médicos, muchos de ellos provenientes del extranjero. Esta capacidad de compra, sostuvo, será utilizada como una palanca estratégica para fortalecer la industria farmacéutica nacional.
“Tenemos una gran oportunidad para utilizar este poder de compra en beneficio de la soberanía sanitaria del país”, afirmó Sheinbaum Pardo, al presentar lo que denominó como el inicio de la construcción de un “ecosistema Biofarma” mexicano, capaz de abastecer al sistema nacional de salud con producción propia y generar empleos calificados.
Un nuevo modelo de desarrollo industrial
El plan contempla la creación de parques industriales especializados y bioincubadoras, así como la promoción de clústeres de innovación tecnológica y científica en diversas regiones del país. Este modelo de desarrollo busca posicionar a México como un centro regional de fabricación de fármacos, dispositivos médicos y vacunas, lo que permitiría reducir la dependencia del extranjero y garantizar la disponibilidad de insumos esenciales.
Además, se plantea establecer centros de formación de recursos humanos altamente especializados, apoyándose en el talento científico y técnico existente en universidades, institutos de investigación y centros de salud del país.
Recuperar la industria nacional
En su intervención, el secretario de Salud, David Kershenobich Stalnikowitz, destacó que el fortalecimiento de la industria farmacéutica nacional es indispensable para consolidar el acceso gratuito a medicamentos, uno de los pilares de la llamada Cuarta Transformación. Señaló que asegurar el abasto de tratamientos para enfermedades crónicas como la hipertensión y la diabetes no solo mejora los resultados en salud, sino que también reduce los costos a largo plazo del sistema.
Por su parte, el subsecretario de Integración y Desarrollo del Sector Salud, Eduardo Clark García Dobarganes, contextualizó el deterioro de la industria farmacéutica en México. Explicó que decisiones tomadas durante el auge del modelo neoliberal, particularmente en 2008, eliminaron requisitos de inversión nacional para la comercialización de medicamentos, lo que provocó una caída sostenida en la producción local.
“Pasamos de ser un país con capacidad creciente de fabricación, a uno cada vez más dependiente del exterior. Es hora de revertir esa tendencia con un nuevo enfoque de política pública”, puntualizó.
Decreto presidencial en marcha
El decreto presidencial que establece esta nueva política será publicado este mismo jueves, según anunció la presidenta. Con él, se busca condicionar las futuras licitaciones y adquisiciones del sector salud federal a empresas que demuestren un compromiso concreto de inversión, instalación de plantas o transferencia tecnológica en México.
La estrategia representa un cambio de paradigma en la política de salud e industrial del país, y forma parte del proyecto de la administración de Sheinbaum para combinar el desarrollo económico con la garantía de derechos sociales.
“Invertir en salud no solo salva vidas, también impulsa la innovación, la economía y la autosuficiencia”, concluyó la presidenta.