RUPTURA Y NUEVA RELACION
“La línea es clara, y medios de comunicación,
comentócratas, oposición, Poder Judicial,
ministros, ministras no pudieron vencernos”:
Claudia sheinbaum
Ya nadie tiene duda que hay una nueva relación del gobierno con los medios de comunicación. Desde que llegó Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia en 2018, con un triunfo arrollador que le dio legitimidad democrática, impuso de inmediato una nueva dinámica entre el gobierno y los medios de comunicación tradicionales y los alternativos digitales también.
Las empresas de comunicación habían mantenido una relación estable con los gobiernos del PRI y del PAN, una especie de pacto tácito, amalgamado con inversión publicitaria, dinero que brindaba a los medios tranquilidad financiera, operación, y ganancias. Entonces, los programas de noticias y diarios replicaban los boletines, las declaraciones, los logros, y las ideas que buscaba posicionar el gobierno, a cambio de respetar las concesiones y garantizar la compra de espacios publicitarios para difusión, propaganda y silencio.
Televisa y TV Azteca se llevaban gran parte del pastel. Las dos televisoras dominantes cubrían la información con línea dictada desde la Presidencia.
La cercanía de los directores de Comunicación del presidente en turno con funcionarios de alto nivel de diversos medios, era cotidiana. Las vistas de reconocidos periodistas a Los Pinos era algo común.
Los encargados en el manejo de la comunicación recibían en Los Pinos a articulistas y líderes de opinión cotidianamente.
Los hechiceros de comunicadores dictaban línea; Rubén Aguilar, vocero de Vicente Fox; Max Cortázar y Alejandra Sota, con Felipe Calderón y Con Peña Nieto; Eduardo Sánchez, aquel que salió a aclarar el tema de la casa blanca… nunca pudo… y derivó en la disculpa pública del presidente Enrique Peña Nieto y una extraña explicación de Angelica Rivera, la primera dama.
Para el 2017, los antecedentes de décadas anteriores estaban claros. La inclinación de los medios y columnistas en pro del desafuero al jefe de gobierno capitalino, Andrés Manuel López Obrador, fue descarado y abierto. El bloqueo de difusión y la guerra sucia fueron elementos definitivos para el choque de AMLO con los medios tradicionales. Así que, en 2018, el presidente cambió la dinámica y la relación del poder con las empresas mediáticas y con periodistas comentaristas de la radio, la tv y los periódicos.
Fue un cambio profundo en la política medios- Estado, misma que ha dejado en shock a columnistas y comentaristas. Incluso han pedido “cierto apapacho” mientras que otro círculo rompe en definitivo y apuesta a la elección del 2030. La relación de opinión y dinero: La comentocracia
El gobierno de Peña Nieto gastó en medios de comunicación 6 mil millones de pesos. 52 por ciento fue destinado a una decena de medios; el resto, 48 por ciento, fue distribuido entre centenares de empresas de comunicación.
Los medios que se definieron como simpatizantes de los partidos PRI Y PAN, impulsaron desde el 2006 la campaña sucia de “LOPEZ OBRADOR ES UN PELIGRO PARA MÉXICO”; en 20012 se inclinaron por Peña Nieto; en el 18, por Anaya y Meade, y en el 24, todos con Xóchitl.
Erraron el camino. Su candidata fue derrotada. Subestimaron a su audiencia y perdieron credibilidad.
Entonces en el 18 aceptaron la derrota, pero eligieron apostar por la alternancia en el 2024, así que durante el sexenio de AMLO se dedicaron a apoyar desde sus plataformas, canales, e impresiones a los candidatos de la oposición, y a fortalecer la idea de que el sexenio se derrumbaba. Auguraron un dólar a 30 pesos y criticaron todo. Nada resultó cierto. Los columnistas expertos argumentaban con supuestos datos duros e intentaban a toda costa generar la idea de la catástrofe.
La estrategia de AMLO y Jesús Ramírez
Contestar en la conferencia matutina la información de los medios en una especie de réplica. Rápido tomaron la agenda y marcaron todos los días la conversación. Impusieron las narrativas, mientras los medios en su discurso propagandístico, en nado sincronizado, quedaron descubiertos y exhibidos, en muchos casos ridiculizados.
El recorte en inversión publicitaria de 6 mil a 3 mil millones de pesos, el ahogo económico, la exhibición de nombres que publicaban información mal intencionada y los columnistas cercanos al poder de sexenios anteriores quedaron todos los días expuestos en una vitrina transparente.
Hoy, sin máscaras; a calzón quitado, ya todos saben de qué lado masca la iguana. Quién es quién.
A esta nueva dinámica le hace falta equilibrio. Una sana distancia. Aprovechar la libertad de expresión y comunicadores libres, sin militancia encubierta.
La relación de los medios y gobierno durante décadas fue un contubernio… una relación perversa que atacó a periodistas verdaderamente críticos. Los aplastó y los quebró, como el caso de José Gutiérrez Vivó, legendario periodista radiofónico acotado por Salinas, Fox y Calderón en alianza con grupo Radio Centro. Un tema del que hablaremos en la próxima entrega.