UNA NUEVA JUSTICIA PARA UNA NUEVA FORMA DE GOBERNAR
La profunda transformación de la política mexicana que estamos viviendo hoy se manifiesta de manera más evidente en la radical purga del Poder Judicial para garantizar justicia a los que “no les alcanzaba” para pagarla. Este proceso es la acción complementaria del cambio de régimen que se está consolidando en el país después de la llegada al Poder Ejecutivo y a las mayorías calificadas en las cámaras legislativas del movimiento 4T. La rotunda victoria en la elección presidencial y los votos para la composición legislativa de Morena y aliados, refuerzan la hipótesis de que esta Cuarta Transformación representa algo más que un liderazgo carismático o un solo empoderamiento femenino. No se trata de un sistema autocrático caracterizado por la uniformidad de pensamiento, pero sí de un gran compromiso sobre una agenda política-social que ha obtenido la aprobación popular y que, para lograrla, conjuga diversos lideratos políticos dentro del partido guinda y en los partidos aliados con lo que –además– no permiten el reagrupamiento de la oposición. En un escenario donde la oposición se aferra a la noción de una dictadura que, a todas luces, no existe, el contexto de esta transformación es importante no solo por lo que implica, sino por las resistencias que enfrenta. La percepción de autoritarismo que algunos actores políticos de oposición intentan instaurar resulta, en el fondo, una estrategia de “clientelismo político” que ignora la verdadera voluntad popular y que no conquista nada, pero que sí logra objetivos en las redes sociales. La postura del ex ministro Arturo Zaldívar añade una dimensión ideológica vital a este debate. Zaldívar, sin ambages, defiende la “cirugía mayor” no solo del Poder Judicial, sino de todas las instituciones que han formado parte de la democracia mexicana en las últimas dos décadas. Estas instituciones, si bien han servido para equilibrar la lucha de poderes, han fracasado en su misión de luchar por la justicia social. Este argumento resuena en un país donde las desigualdades son palpables y la justicia social debe ser una prioridad. Así, la transformación del sistema judicial mexicano se presenta como un fenómeno multifacético que requiere ser comprendido en su totalidad. Este cambio implica repensar la función de las instituciones y su conexión con la ciudadanía. Es, sin duda, una oportunidad histórica que, si se aborda con seriedad y compromiso, puede conducir a un nuevo paradigma en el que la justicia social ocupe el lugar que merece. En conclusión, mientras la oposición se distrae con sombras de autoritarismo, los vencedores han reafirmado su postura: la transformación es necesaria, apoya una nueva forma de gobernar y responde a un clamor ciudadano que exige un cambio real. En las siguientes páginas, los lectores encontrarán reflexiones que profundizan en esta compleja realidad, invitándolos a considerar el futuro del México que deseamos construir. En esta edición podrá encontrar un amplio trabajo respecto de la Reforma Judicial desde distintos aspectos, planeados y abordados con el fin de facilitarle la compresión del tema. Aprecio en nombre personal, del Consejo Editorial y del equipo periodístico las incontables muestras de apoyo para este proyecto editorial nacional. ¡Disfruten la lectura!