El Senado de la República Aprueba la Reforma Constitucional para Proteger el Maíz Nativo en México

El pleno del Senado de la República aprobó recientemente una reforma constitucional histórica que establece que, en el territorio nacional, únicamente se podrá sembrar maíz nativo. Esta medida busca reforzar la identidad cultural de México y garantizar la protección de las variedades de maíz originarias del país, un cultivo fundamental tanto en la alimentación como en la historia nacional.
El dictamen que reforma los artículos 4 y 27 de la Constitución fue respaldado en lo general por 88 votos a favor de los senadores de Morena, PT, PVEM y PRI, mientras que 17 legisladores de PAN y Movimiento Ciudadano votaron en contra. En la votación en lo particular, el resultado fue el mismo, con 88 votos a favor y 17 en contra. El documento aprobado fue remitido a los congresos estatales para su evaluación y eventual ratificación.
Controversia y Debate: ¿Una Protección Eficaz o un Retroceso?
En tribuna, el coordinador del PAN, Ricardo Anaya, calificó la reforma como innecesaria, argumentando que ya existen normativas como la Ley Federal para el Fomento y Protección del Maíz Nativo que buscan proteger hasta 59 variantes del maíz. Aseguró que, gracias a los avances científicos, se ha logrado mejorar la resistencia del maíz a las heladas y sequías, además de que los cultivos ahora requieren menos fertilizantes y agua.
Anaya también señaló que la reforma permitiría la importación de semillas de maíz amarillo, específicamente para la alimentación animal, mientras que se prohíbe su siembra en el país. En su intervención, el senador panista hizo un llamado a revisar los productos elaborados con maíz transgénico que llegan a México desde Estados Unidos, argumentando que existen cereales y otros alimentos que contienen maíz genéticamente modificado.
La Respuesta de Morena y la Defensa del Maíz Nativo
Por su parte, el senador Manuel Huerta, de Morena, defendió la reforma y acusó a Ricardo Anaya de estar alineado con intereses de empresas transnacionales de transgénicos. Sin embargo, Anaya negó estar vinculado con dichas compañías. En un giro polémico, el senador panista también hizo referencia a los temores sobre los alimentos transgénicos, sugiriendo que quienes están en contra de su consumo deberían preocuparse también por productos como la vacuna contra el COVID-19, la insulina para diabéticos y las hormonas de crecimiento, ya que todos son productos transgénicos. Anaya citó al exsecretario de Agricultura, Víctor Villalobos, quien en su libro Los Transgénicos había afirmado que no existe evidencia que demuestre que el maíz genéticamente modificado cause cáncer.
El Debate sobre la Identidad y la Agricultura Mexicana
El senador Miguel Márquez, del PAN, quien tiene experiencia en el campo, también expresó su opinión en el debate, señalando que el sector agrícola en México es diverso y que es fundamental tomar decisiones basadas en la realidad del trabajo en el campo. En respuesta, Félix Salgado Macedonio, senador de Morena, cuestionó la verdadera conexión de Márquez con el campo y lo retó a demostrar sus habilidades como agricultor, sugiriendo que, en lugar de ser un campesino, el panista es un empresario agrícola.
El Futuro del Maíz Nativo en México: Un Acto de Defensa Cultural y Ambiental
La reforma aprobada subraya que el maíz es un elemento esencial de la identidad nacional mexicana. El maíz, considerado el alimento básico de las tradiciones culinarias y culturales del país, será protegido contra la siembra de transgénicos. La reforma establece que el Estado mexicano promoverá el uso óptimo de la tierra para la actividad agropecuaria y forestal, asegurando que el cultivo de maíz en el país se mantenga libre de modificaciones genéticas.
Este cambio constitucional marca un hito importante en la lucha por preservar las especies nativas y garantizar que las futuras generaciones puedan continuar disfrutando de la biodiversidad agrícola que ha caracterizado a México desde tiempos prehispánicos. La reforma, sin embargo, también genera preguntas sobre los desafíos que enfrentará el país para equilibrar la protección de su patrimonio agrícola con las demandas de la agricultura moderna y los avances científicos en biotecnología.