“Beneficiarios del programa Bienestar agradecen apoyo económico, aunque señalan dificultades con la ubicación y accesibilidad”
La entrega de las tarjetas de los programas de Bienestar para mujeres de 60 a 64 años y para adultos mayores de 65 y más ha generado una movilización de derechohabientes poblanos, quienes desde el lunes pasado se han formado en largas filas afuera del Centro de Desarrollo Comunitario de la colonia Tres Cruces, para realizar el trámite correspondiente. Aunque la espera puede parecer larga, el proceso se lleva a cabo de forma ágil y organizada, lo que ha sido destacado por los beneficiarios que, a pesar de las incomodidades, expresan su satisfacción por recibir el apoyo.
A pesar de las dos filas que se observan fuera del recinto y la presencia de otras personas esperando dentro, los derechohabientes se han mostrado contentos de llevar a cabo el trámite, ya que la tarjeta de Bienestar representa un apoyo económico vital, especialmente para aquellos que viven en situaciones más vulnerables. Las mujeres que viven solas, en particular, han señalado que este apoyo no solo mejora su economía, sino que también representa un aliciente moral y emocional.
Sin embargo, muchos han lamentado que la sede donde se realiza el trámite no sea fácilmente accesible. Se ha señalado que la ubicación está algo oculta, lo que dificulta el acceso para algunas personas. Además, la falta de infraestructura para personas con discapacidades físicas ha sido una preocupación. No obstante, los funcionarios han tomado medidas para mitigar estas dificultades, dando preferencia a los derechohabientes con movilidad reducida e incluso saliendo del recinto para ayudar a quienes no pueden entrar. Un ejemplo claro de esto fue el caso de Guillermina Martínez Pérez, de 64 años, quien llegó en silla de ruedas debido a un problema de lumbalgia. Al llegar, uno de los funcionarios salió a la calle para recibir sus documentos y entregarle su tarjeta de Bienestar sin que ella tuviera que ingresar al lugar.
“Vengo con mi hijo porque ya no puedo caminar. Nuestra cita era a la una, pero como llegamos antes y vengo en silla de ruedas, nos atendieron rápido. Lo único que me parece un problema es que el lugar está escondido”, explicó Guillermina, visiblemente aliviada por la rapidez del trámite.
Por su parte, Mireya Mora Martínez, quien acudió acompañada de su esposo, expresó su satisfacción con el proceso, que calificó como rápido y sencillo. Ella destacó que este apoyo económico será de gran ayuda para mejorar su salud, ya que tiene problemas en las rodillas y requiere de un bastón para caminar. “Estoy muy contenta de recibir esta ayuda. Lo usaré para arreglarme los dientes y también para cuidar mi salud. Yo trabajé mucho lavando ropa y cocinando para mantener a mis cuatro hijos, ahora estoy un poco descalcificada, pero gracias a Dios, estoy bien”, comentó Mireya, agradecida por el beneficio recibido.
Georgina Hernández Hernández, viuda y beneficiaria del programa, también expresó lo que significa este apoyo para ella y otras mujeres en su situación. “A las mujeres que vivimos solas nos tenían en el abandono, pero con esta ayuda siento que el gobierno se preocupa por nosotras. A esta edad ya no es fácil encontrar trabajo, y el dinero no alcanza. Es un apoyo crucial, especialmente para mujeres minusválidas que viven solas”, afirmó Georgina, reconociendo la importancia de este tipo de ayudas en su vida cotidiana.
Guadalupe García Rodríguez, originaria de Huehuetla y religiosa de la congregación Siervas del Sagrado Corazón de Jesús, señaló que el apoyo de Bienestar será utilizado para ayudar a su familia, especialmente a sus cuatro familiares enfermos de edad avanzada. “Con este apoyo, por lo menos voy a poder cubrir algunos gastos de medicamento”, comentó Guadalupe, reflejando el impacto positivo que este programa tiene no solo en la persona que lo recibe, sino también en sus seres queridos.
En general, los derechohabientes beneficiados por los programas Bienestar Mujer y 65 y más se mostraron contentos de recibir este apoyo, que contribuye significativamente a mejorar su situación económica. Nicolás, un beneficiario del programa 65 y más, comentó que aunque el monto no es elevado, es un complemento valioso para su pensión y su economía familiar. “Aunque mi pensión es baja, todo suma. Vivo con mi esposa y uno de mis cuatro hijos, y este apoyo refuerza nuestra economía”, señaló.
Por último, Mary Galán, una beneficiaria de 65 años que tuvo que trasladarse en taxi desde Misiones de San Francisco para realizar el trámite, expresó su satisfacción al recibir el apoyo. “Me va a ayudar mucho, especialmente con la renta y mis gastos personales. Vivo sola, no tengo pensión y mis hijos me ayudan cuando pueden”, explicó Mary, destacando lo útil que será este apoyo en su vida diaria.
En resumen, los beneficiarios de estos programas se muestran agradecidos y optimistas por el apoyo que reciben, reconociendo que aunque los montos no sean altos, estos suman de manera significativa para mejorar sus economías y su calidad de vida, especialmente en situaciones de vulnerabilidad. Sin duda, estos apoyos brindan un respiro importante para muchas personas, especialmente las que enfrentan dificultades económicas y de salud.