La Cuarta Transformación de México: Hacia un modelo económico humanista
En 2018, México vivió un cambio histórico con la llegada al poder del presidente Andrés Manuel López Obrador, cuyo liderazgo marcó el fin de 36 años de políticas neoliberales y dio paso a un modelo económico profundamente humanista. Este movimiento, que encontró su continuidad en la actual presidenta Claudia Sheinbaum, ha transformado de manera pacífica y radical la estructura económica, social y política del país, devolviendo al pueblo el protagonismo que había sido arrebatado durante décadas.
El Legado del Neoliberalismo: Corrupción y Desigualdad
Desde 1982, con el gobierno de Miguel de la Madrid, México adoptó un modelo económico neoliberal basado en la reducción del papel del Estado, la privatización de empresas públicas y la apertura indiscriminada al mercado global. Esta ideología, promovida por organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la escuela de Chicago, planteaba que el mercado era la solución a todos los problemas sociales y que el Estado debía limitarse a ser un simple regulador.
El resultado fue desastroso:
- Privatización masiva: Empresas estatales estratégicas fueron vendidas, dejando en manos privadas sectores clave como la banca, las telecomunicaciones y los energéticos.
- Crisis económicas recurrentes: Periodos como el “error de diciembre” en 1994 y el rescate bancario del Fobaproa en 1995 evidenciaron las fallas estructurales del modelo. Mientras las élites empresariales eran rescatadas con recursos públicos, millones de familias perdían sus hogares, negocios y patrimonio.
- Desigualdad extrema: La educación y la salud dejaron de ser derechos universales y se convirtieron en mercancías, excluyendo a los sectores más vulnerables.
El expresidente López Obrador calificó este periodo como “neoporfirismo”, comparándolo con la época de Porfirio Díaz, donde los recursos nacionales fueron entregados a manos extranjeras y una minoría acumuló privilegios a costa de la mayoría.
2018: El Inicio de la Transformación
La elección de López Obrador en 2018 representó un grito colectivo de “¡Basta!” por parte del pueblo mexicano. La llegada de la Cuarta Transformación significó el abandono del neoliberalismo y el inicio de un modelo económico humanista, fundamentado en principios como la justicia social, la soberanía nacional y la equidad.
Claudia Sheinbaum, como sucesora de este proyecto, subraya que este modelo no busca replicar fórmulas extranjeras, sino rescatar las raíces históricas de México. “Somos humanistas. Nuestro modelo no está basado en recetas externas, sino en el bienestar del pueblo y en la fraternidad”, señaló.
Características del Modelo Económico Humanista
El nuevo modelo económico se define por:
- Redistribución de la riqueza: La implementación de programas sociales universales, como la “Pensión para el Bienestar” y “Sembrando Vida”, ha reducido significativamente la desigualdad y ha llevado recursos directamente a las comunidades más necesitadas.
- Soberanía económica: Se ha priorizado la recuperación de sectores estratégicos como el energético, fortaleciendo a Pemex y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para garantizar la autosuficiencia energética y la reducción de la dependencia extranjera.
- Combate a la corrupción: La eliminación de privilegios para las élites económicas y políticas ha permitido liberar recursos para destinarlos al bienestar social.
- Inversión en infraestructura pública: Grandes proyectos como el Tren Maya y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles no solo generan empleo, sino que fomentan el desarrollo regional y la conectividad nacional.
- Apoyo a la economía popular: A través de créditos a pequeños productores y microempresarios, el gobierno ha promovido el fortalecimiento de la base económica desde abajo, con la premisa de que “por el bien de todos, primero los pobres”.
Un Modelo Inclusivo y Sostenible
Sheinbaum ha destacado que este modelo económico humanista no solo busca el crecimiento económico, sino también garantizar el bienestar integral de la población. “Riega desde abajo, fortaleciendo a las comunidades que históricamente han sido olvidadas, y no deja a nadie atrás”, afirmó.
El modelo humanista contrasta con la teoría del “goteo” que defendían las políticas neoliberales, basada en la idea de que los beneficios para las élites eventualmente alcanzarían a los más pobres. “Ese enfoque no solo fracasó, sino que consolidó la desigualdad. Ahora, gobernamos con el pueblo y para el pueblo”, subrayó la mandataria.
Los Retos y el Futuro
El camino hacia la consolidación de este modelo no ha estado exento de desafíos. Los sectores opositores, acostumbrados a los privilegios del pasado, han criticado ferozmente las políticas de la Cuarta Transformación. Sin embargo, la presidenta Sheinbaum enfatiza que el respaldo popular sigue siendo la mayor fortaleza del movimiento.
“El pueblo mexicano es solidario, generoso y digno. No permitiremos que se regrese al régimen de corrupción y privilegios. Gobernamos con los principios de justicia, igualdad y soberanía, y estamos determinados a consolidar esta transformación”, afirmó.
Con una visión de largo plazo, la Cuarta Transformación continúa sentando las bases para un México más justo, soberano y próspero, demostrando que un modelo económico alternativo, basado en la justicia y el humanismo, es posible.