Primera exportación de diésel de ultra bajo azufre desde la refinería Olmeca revela desafíos de infraestructura energética en México

En un hito relevante para la industria energética mexicana, el país realizó en abril su primera exportación de diésel de ultra bajo azufre (DUBA) reprocesado en la refinería Olmeca, ubicada en Dos Bocas, Tabasco. Esta operación marca un avance técnico en la capacidad de refinación del país, aunque también pone en evidencia las limitaciones de infraestructura para la distribución interna de combustibles.
El cargamento, de aproximadamente 300 mil barriles de DUBA, fue cargado en el buque Torm Singapore, de bandera danesa, desde un monoboya frente al puerto de Dos Bocas. Posteriormente, el cargamento fue dividido y entregado en dos destinos internacionales: Puerto Cañaveral en Florida y el puerto de Yabucoa en Puerto Rico, según datos de seguimiento marítimo de LSEG y fuentes cercanas a las operaciones.
Una exportación impulsada por la falta de infraestructura interna
Aunque el objetivo principal de la refinería Olmeca es fortalecer la autosuficiencia energética de México, la falta de infraestructura logística para transportar combustibles terminados dentro del país ha obligado a exportar parte de su producción, incluso cuando hay demanda nacional insatisfecha.
Una fuente cercana a la operación explicó que la refinería aún no cuenta con suficientes ductos, vías férreas ni camiones cisterna para distribuir volúmenes significativos de combustible a lo largo del territorio nacional. Para ponerlo en perspectiva, transportar la misma cantidad de diésel exportada habría requerido unos 1,300 camiones cisterna.
Además, en esta etapa inicial, la refinería ha recibido diésel con alto contenido de azufre desde la refinería de Madero en Tamaulipas, el cual es reprocesado para transformarlo en DUBA. La capacidad productiva propia de Olmeca sigue siendo limitada, y su salida más estable hasta ahora ha sido el coque de petróleo, cuyo primer embarque fue enviado a India en septiembre del año pasado.
La refinería Olmeca: entre promesas y desafíos
La refinería Olmeca, inaugurada parcialmente en julio de 2022 por el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, fue concebida como un proyecto estratégico para reducir la dependencia de combustibles importados. Sin embargo, su puesta en marcha ha enfrentado múltiples retrasos técnicos y un sobrecosto significativo, con una inversión que ha superado los 16,800 millones de dólares, más del doble de lo inicialmente proyectado.
Este ambicioso complejo es la séptima refinería de Pemex en el país y cuenta con una capacidad instalada de 340 mil barriles por día. No obstante, su operación aún depende en gran medida de ajustes técnicos, pruebas de unidades y habilitación de infraestructura complementaria.
Perspectivas futuras
El futuro de la refinería, y su capacidad para cumplir con los objetivos de autosuficiencia energética nacional, recaerá ahora en la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien asume la tarea de consolidar un proyecto clave heredado por su antecesor. La construcción de infraestructura logística, tanto ferroviaria como de oleoductos, será esencial para integrar completamente a Olmeca dentro del sistema energético nacional.
Mientras tanto, la exportación de combustibles producidos en suelo mexicano seguirá siendo una medida temporal, necesaria para evitar acumulación de producto sin salida inmediata en el mercado doméstico.