La CFE Reporta Pérdidas Netas de 124 Mil Millones de Pesos en 2024: Factores y Desafíos para 2025

La Comisión Federal de Electricidad (CFE) reportó una pérdida neta de 124 mil 444 millones de pesos (6 mil 141 millones de dólares) al cierre de 2024, lo que representa un drástico cambio respecto a los beneficios netos de 96 mil 191 millones de pesos (4 mil 746 millones de dólares) obtenidos en 2023. Este giro en los resultados se atribuye principalmente a dos factores clave: un incremento en los costos financieros y la depreciación del peso mexicano frente al dólar.
En su informe enviado a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), la CFE detalló que la pérdida neta se debe, en gran parte, a un efecto negativo de 169 mil 115 millones de pesos (8 mil 343 millones de dólares) derivado de fluctuaciones cambiarias. La depreciación del peso, que pasó de 16.92 a 20.26 pesos por dólar en el último año, fue un factor determinante en este resultado negativo. No obstante, a pesar de las pérdidas netas, la empresa reportó un aumento en los ingresos totales, los cuales crecieron un 3.5%, alcanzando los 662 mil 436 millones de pesos (32 mil 701 millones de dólares), impulsados por el incremento en el número de usuarios y un ajuste en las tarifas debido a la inflación.
Crecimiento de Usuarios y Control de Costos Operativos
Al cierre de diciembre de 2024, la CFE atendía a 49 millones de clientes, lo que representó un crecimiento del 1.7% respecto al año anterior. Este aumento en la base de clientes fue un factor positivo para la compañía, contribuyendo al incremento en los ingresos. Sin embargo, la empresa también logró reducir sus costos de operación en un 2%, sumando 523 mil 523 millones de pesos (25 mil 831 millones de dólares). Esta disminución se atribuye a la estabilización de los precios de los combustibles utilizados en la generación de electricidad, lo que permitió un mayor control sobre los costos operativos.
Deuda y Vulnerabilidad Cambiaria
A pesar de los esfuerzos por optimizar costos, la deuda total de la CFE alcanzó los 490 mil 499 millones de pesos (24 mil 206 millones de dólares), lo que representa un aumento del 19% respecto a los 411 mil 946 millones de pesos (20 mil 323 millones de dólares) reportados en 2023. Esta deuda incluye 129 mil 295 millones de pesos (6 mil 380 millones de dólares) correspondientes a deuda a corto plazo y 361 mil 204 millones de pesos (17 mil 826 millones de dólares) a largo plazo.
Un dato preocupante es que el 63% de la deuda de la CFE está denominada en moneda extranjera, lo que la hace más vulnerable a las variaciones en el tipo de cambio, especialmente en un contexto de volatilidad cambiaria que podría impactar sus costos financieros.
La CFE mantiene una capacidad instalada de 61 mil 719 megavatios (MW) y opera 166 centrales de generación, colaborando también con 34 productores independientes de energía. La empresa gestiona una infraestructura de transmisión y distribución que abarca 111 mil 138 kilómetros de líneas de transmisión y 901 mil 302 kilómetros de redes de distribución. Además, su capacidad total de transformación es de 168 mil 981 megavoltamperios (MVA), lo que la convierte en un actor clave en el sector eléctrico nacional.
La CFE también cuenta con una plantilla laboral significativa de 91 mil 195 trabajadores activos y 53 mil 944 jubilados, lo que resalta el tamaño y la estructura compleja de la empresa.
De cara a 2025, la CFE enfrenta un panorama desafiante. La volatilidad cambiaria sigue siendo una de las principales preocupaciones, ya que la depreciación del peso mexicano podría continuar impactando los costos financieros de la empresa. Además, la deuda creciente de la compañía y la necesidad de optimizar los costos operativos serán retos clave para garantizar su estabilidad financiera.
En este contexto, el gobierno mexicano está promoviendo reformas en el Congreso que buscan blindar el control de la CFE sobre la generación eléctrica en el país, otorgándole el control del 54% del mercado, mientras que el restante 46% se abriría a la participación de privados a través de inversiones mixtas, con el Estado como principal controlador. Estas reformas buscan consolidar el papel de la CFE como el principal generador de electricidad del país, aunque también podrían generar tensiones con los sectores privados que participan en el sector eléctrico.
En resumen, la CFE enfrenta un 2025 lleno de desafíos, con la necesidad de gestionar su deuda creciente, enfrentar la volatilidad cambiaria y optimizar sus costos operativos mientras mantiene su rol crucial en la generación y distribución de electricidad a nivel nacional. Las reformas en el Congreso y la posible apertura parcial del mercado a la inversión privada serán factores determinantes para su futuro.