Jorge Rodríguez Ratificado como Presidente de la Asamblea Nacional en Medio de Denuncias de Fraude y Tensiones Políticas en Venezuela
El influyente dirigente chavista Jorge Rodríguez, miembro del círculo más cercano al presidente Nicolás Maduro, fue ratificado este domingo como presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, cinco días antes de la toma de posesión de Maduro para su tercer mandato consecutivo. La reelección de Rodríguez en este cargo se realizó en medio de denuncias sobre fraude electoral, lo que refleja la tensión política que atraviesa el país.
Rodríguez, quien ha sido una figura clave en el régimen de Maduro, fue confirmado como presidente de la unicameral Asamblea Nacional (AN) en el inicio del período legislativo 2025-2026, que será el último de los cinco años del actual ciclo parlamentario. En este contexto, se prevé que se debata una posible reforma constitucional, propuesta por el propio Maduro, un tema que dominará la agenda legislativa en los próximos meses.
A lo largo de los últimos años, Jorge Rodríguez ha jugado un papel destacado en las negociaciones entre el chavismo y la oposición, con la participación de actores internacionales como Estados Unidos. Fue uno de los principales artífices de las negociaciones que precedieron a las controvertidas elecciones presidenciales del 28 de julio, y lideró la campaña electoral de Maduro. Además, fue parte del gabinete ministerial durante años, llegando a ocupar el cargo de vicepresidente durante el mandato del difunto Hugo Chávez.
Tras su ratificación, Rodríguez reiteró la invitación a Nicolás Maduro para juramentarse el próximo viernes 10 de enero como presidente, en un acto programado para las 12:00 horas locales (16:00 GMT). “Voy a firmar como primer acto del presidente de la Asamblea Nacional, como primer acto de nuestra junta directiva y como primer acto del Parlamento la reiteración de la invitación a quien resultara electo como presidente constitucional”, afirmó Rodríguez, mientras los aplausos de los presentes acompañaban su discurso.
Este acto de ratificación ocurre en un clima de polarización política en el país. Mientras tanto, el gobierno chavista se prepara para nuevas elecciones legislativas, alcaldías y gobernaciones que se celebrarán en fechas aún por determinar. En paralelo, el presidente Maduro ha convocado a movilizaciones chavistas con el lema “¡El 10 es la cosa!”, llamando a sus seguidores a salir a las calles en apoyo a su gobierno.
Maduro, quien fue proclamado presidente reelecto por la autoridad electoral con un 52% de los votos, ha sido cuestionado por la oposición, que denuncia irregularidades y fraude en los comicios. La oposición, por su parte, asegura que el verdadero ganador fue el candidato Edmundo González Urrutia, quien reclama un 70% de los votos y ha publicado documentos que, según su juicio, demuestran la victoria de su candidatura. A pesar de las acusaciones, Rodríguez ha descalificado estas denuncias, calificándolas de “mentiras” y “patrañas”.
González Urrutia, quien se exilió en España en septiembre, ha prometido regresar a Venezuela para la toma de posesión de la nueva administración. Mientras tanto, continúa su gira internacional por varios países de América Latina, como Argentina, Uruguay, Estados Unidos, Panamá y República Dominicana, en busca de apoyo para su causa.
Por su parte, Rodríguez, al asumir nuevamente la presidencia de la AN, expresó su compromiso de “seguir luchando por la paz, que nos es tan cara”, en referencia a las acusaciones recurrentes del chavismo sobre conspiraciones orquestadas por sus adversarios internos y externos. Este discurso se da en el contexto de una situación política y social marcada por las protestas que estallaron tras las elecciones, las cuales dejaron al menos 28 muertos y más de 2.400 detenidos. Sin embargo, cerca de 1.400 de estos detenidos han sido liberados en los últimos meses. Tres personas fallecieron en prisión, presuntamente debido a abusos y a la falta de atención médica.
En cuanto a la reforma constitucional propuesta por Maduro, Rodríguez afirmó que la Asamblea Nacional está dispuesta a “acompañar la discusión” sobre los cambios que se impulsarán en la Carta Magna, aunque no se han precisado los artículos que se modificarán. El presidente, el pasado 19 de diciembre, mencionó que su propuesta busca “democratizar aún más la sociedad venezolana”, sin dar detalles claros sobre los alcances de la reforma.
Este clima de tensión se intensifica en un Parlamento que ha venido aprobando leyes controvertidas, como la ley que castiga con hasta 30 años de prisión el apoyo a sanciones internacionales contra Venezuela, una medida que ha sido ampliamente criticada por organizaciones de derechos humanos, que la consideran una herramienta para perseguir a la oposición política. Además, esta ley contempla juicios en ausencia, lo que agrava las preocupaciones sobre la imparcialidad y la libertad de expresión en el país.
Con una Asamblea Nacional en manos del chavismo y un gobierno que se enfrenta a una oposición fragmentada, la situación política en Venezuela sigue siendo compleja y está lejos de resolverse, mientras se acerca la toma de posesión de Maduro y se vislumbran nuevos enfrentamientos en las calles y en las instituciones.