“Trump planea implementar un estado de emergencia nacional y recurrir al ejército para la deportación masiva de inmigrantes”
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este lunes su intención de declarar el estado de emergencia nacional y emplear al ejército para implementar una deportación masiva de migrantes. En un mensaje en Truth Social, Tom Fitton, director de Judicial Watch, destacó que la nueva administración de Trump está lista para enfrentar lo que él califica de “invasión” durante el mandato de Joe Biden, y Trump respondió afirmativamente con un “¡Es ¡verdad!”.
El presidente electo, quien asumirá el cargo el 20 de enero, ha enfatizado que la Guardia Nacional, un cuerpo militar bajo el mando de los gobernadores estatales, debería estar preparado para llevar a cabo estas expulsiones. Además, mencionó que, si fuera necesario, recurriría a las tropas federales para lograrlo, como declaró a Time en abril.
Desde su victoria en las elecciones del 5 de noviembre, Trump ha tomado hacia la implementación de estas deportaciones masivas, acusando a los migrantes de representar una medida amenaza para Estados Unidos. En sus palabras, se refiere a ellos de manera despectiva, señalando que “infectan” el país y poniendo en tela de juicio su contribución a la sociedad. Recientemente, Trump nombró a Tom Homan como “zar de la frontera”. Aunque no ha detallado las responsabilidades específicas de Homan, su historial como exdirector de la Agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) sugiere una agenda de mano dura en cuestiones migratorias. Bajo su supervisión entre 2017 y 2018, se implementó una política controvertida que resultó en la separación de más de 4.000 niños migrantes de sus familias.
Además, Trump se ha reforzado su equipo con figuras como Kristi Noem, al frente del Departamento de Seguridad Nacional, y Mike Waltz, como asesor de Seguridad Nacional, ambos apoyando una postura firme en materia migratoria.
Las organizaciones defensoras de derechos humanos han expresado su profunda preocupación por el futuro de los más de 11 millones de migrantes en situación irregular en Estados Unidos, ante la escalada de medidas drásticas que se vislumbran en la nueva administración.