El Senado estadounidense confirmó por un estrecho margen a Pete Hegseth como Secretario de Defensa del presidente Donald Trump, una decisión que requirió el voto de desempate del vicepresidente J.D. Vance. La confirmación enfrentó la oposición unánime de los senadores demócratas y tres republicanos, quienes cuestionaron su historial y aptitud para liderar el Departamento de Defensa.
Con 44 años, Hegseth, exmilitar y presentador de Fox News, asume la jefatura de un organismo que maneja un presupuesto colosal de 850,000 millones de dólares anuales y emplea a unos tres millones de personas, incluyendo soldados, reservistas y civiles. Durante su audiencia de confirmación, Hegseth afirmó que su misión principal será “devolver la cultura guerrera” al Pentágono, en un claro intento por imponer un enfoque más alineado con las políticas conservadoras de Trump.
Sin embargo, su nombramiento no ha estado exento de controversias. Además de la falta de experiencia significativa en altos mandos del gobierno, se ha enfrentado a críticas por una acusación de agresión sexual en 2017, la cual resolvió mediante un acuerdo económico de 50,000 dólares con la denunciante, aunque él niega los señalamientos. También ha sido objeto de escrutinio por sus posiciones ideológicas y las sospechas sobre consumo excesivo de alcohol.
Hegseth ha señalado su intención de reformar profundamente el Pentágono, argumentando que la institución está permeada por ideologías que califica de “woke”. Este enfoque ha resonado entre los sectores más conservadores, pero ha generado preocupación en la oposición, que teme una politización del Departamento de Defensa.
El desafío que enfrenta Hegseth es monumental: gestionar el presupuesto militar más grande del mundo, mantener la operatividad de las fuerzas armadas en medio de tensiones globales y un contexto político polarizado, y lograr consensos dentro de un Pentágono que se encuentra bajo el escrutinio tanto nacional como internacional.