Pemex: el crudo en mínimos históricos reaviva las dudas sobre la viabilidad de la estrategia energética federal y abre un nuevo frente de debate entre técnicos, Hacienda y Palacio. Mientras las gráficas presumen más combustibles producidos en casa, los números de extracción cuentan otra historia menos fotogénica.
Pemex: el crudo en mínimos históricos y la paradoja de refinar más
Pemex: el crudo en mínimos históricos describe un punto de quiebre para una empresa que intenta refinar más para la población. Entre enero y octubre de 2025, la producción de hidrocarburos líquidos de la empresa y asociados rondó 1.63 millones de barriles diarios, el nivel más bajo en más de tres décadas, con una caída cercana al 9% solo en crudo.
La producción se arranó por el agotamiento de campos maduros, el rezago en inversión y limitaciones operativas, mientras en los discursos se insiste en metas de 1.8 millones de barriles diarios. En los hechos, Pemex: el crudo en mínimos históricos obliga a reacomodar prioridades: menos margen para exportar, más presión para el mercado interno y más tensión sobre las finanzas públicas.
El impulso a la refinación: luces y sombras
A contracorriente de la caída en pozos, el país elevó el procesamiento de petróleo en el Sistema Nacional de Refinación, que superó el millón de barriles diarios en promedio y alcanzó su mejor nivel desde 2015. La Sistema Nacional de Refinación procesó más crudo y aumentó en torno a 40% la producción de gasolinas, diésel y turbosina, reduciendo de forma moderada las importaciones de combustibles.
El problema es que este avance llega con un costo: mayor exigencia a instalaciones envejecidas, altos volúmenes de combustóleo y un margen financiero estrecho por la calidad del crudo y la configuración de las plantas. Detrás de cada comunicado optimista se asoma una operación que trabaja al límite, con paros frecuentes, costos crecientes y una demanda interna que no da tregua.
Refinería Olmeca de Dos Bocas: promesa, presión y realidad
La refinería Olmeca de Dos Bocas se convirtió en el emblema de la promesa de autosuficiencia, pero también en el termómetro más visible de las expectativas acumuladas. Reportes recientes señalan que el complejo ha procesado alrededor de 190 mil barriles diarios en sus mejores meses, que si bien es una cantidad notable, lejos aún de la capacidad total anunciada para 2028, aproximadamente en el 50% de ella.
Pese a ello, la planta ya aporta una proporción relevante de la producción de gasolinas dentro del sistema y se usa como carta fuerte en los informes de la Petróleos Mexicano (Pemex). Sin embargo, la combinación de sobrecostos, retrasos y metas de carga muy ambiciosas alimenta la percepción de que Dos Bocas es, al mismo tiempo, pieza clave y fuente de presión permanente para la empresa.
El papel de la Secretaría de Energía (SENER) en la nueva hoja de ruta
La Secretaría de Energía (SENER) defiende que el nuevo Plan Estratégico 2025-2035 busca estabilizar la producción, reforzar la refinación y ordenar las finanzas sin renunciar a la transición energética. El documento plantea un piso de 1.8 millones de barriles diarios de hidrocarburos líquidos y un procesamiento de 1.3 millones en el Sistema Nacional de Refinación, metas que contrastan con la realidad actual de pozos agotados y refinerías a medio gas.
En el discurso, SENER asegura que Pemex ha reducido pérdidas, saneado parte de sus pasivos con proveedores y ganado margen para invertir en exploración y mantenimiento. Fuera del atril, persiste la duda de si esta hoja de ruta alcanza para revertir décadas de subinversión o solo administra, con mejores narrativas, una declinación que ya se siente en cada barril que deja de salir del subsuelo.
Exportaciones al mínimo y seguridad energética en debate
Mientras se refina más, las exportaciones de crudo de Pemex se han hundido a su nivel más bajo en 25 a 35 años, alrededor de 557 mil barriles diarios, lo que reduce la entrada de divisas pero libera barriles para las refinerías nacionales. Analistas advierten que esta apuesta por privilegiar el mercado interno, en medio de Pemex: el crudo en mínimos históricos, deja al país con menos colchón ante choques de precios internacionales o fallas en plantas.
La estrategia de “exportar menos y refinar más” se sostiene sobre una delgada línea: cualquier tropiezo operativo en refinerías obliga a importar de nuevo grandes volúmenes de combustibles, pero ya con una base de producción doméstica más debilitada. Este equilibrio inestable explica por qué la discusión energética dejó de ser solo un tema técnico y se volvió un debate político sobre riesgos, prioridades y tiempos para ajustar el rumbo.
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