CUESTIONAN EN EL MUNDO EXCESOS Y AMENAZAS DE TRUMP

Reacciones de gobiernos de diversos países, organismos internacionales e, incluso, actores estadounidenses, contradicen el discurso de “pacificador y unificador” del presidente de EU.
“Mi legado más importante será el de un pacificador y unificador”. La frase la lanzó Donald Trump en su discurso de juramentación como mandatario estadounidense el 20 de enero, desde el Capitolio, cuando presumió que su intervención hizo posible que en Oriente Medio estaban regresando, desde un día antes, a sus hogares con sus familias. Sin embargo, esta autoproclamación como pacifista y unificador contrasta con las reacciones y efectos que su primer mensaje como mandatario estadounidense para un segundo periodo provocaron a nivel mundial e, incluso, en su propio país.
No habían transcurrido 24 horas de que juró ante un ejemplar de ‘La Biblia’, cuando sus palabras ya estaban causando revuelo y réplicas en muchos países. No sólo en México, al que dedicó sus más viscerales y amenazantes palabras. A diferencia de los aplausos que generó su mensaje ante los 800 invitados, sus palabras cayeron como cubeta de agua fría para gobiernos de otros países –incluidos Rusia y China–, organismos y personajes internacionales e, incluso, actores políticos, económicos y sociales estadounidenses que cuestionaron sus excesos y amenazas.
El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, se refirió al arsenal de decretos emitidos por el nuevo presidente estadounidense, algunos con alcance global. Manifestó: “Es evidente que esto es un indicador de con qué métodos el presidente Trump y su administración tienen previsto promover los intereses de Estados Unidos en la arena internacional”. En declaraciones recogidas por la agencia EFE, Lavrov sentenció: “El interés (de Estados Unidos) radica en siempre ser más fuerte que cualquier rival”.
Dos días después de su asunción, el presidente Trump lanzó una advertencia a Rusia; declaró que ese país será sujeto a “altos niveles de impuestos, aranceles y sanciones” si su presidente, Vladimir Putin, no pone fin a la guerra en Ucrania. Le respondió el embajador adjunto de Rusia ante la ONU, Dimitri Polyanskiy. Indicó que el Kremlin necesitaría saber qué acuerdo desearía Trump para detener la guerra antes de que Moscú lo pueda aceptar, pues “no es simplemente la cuestión de poner fin a la guerra; es ante todo la cuestión de abordar las causas profundas de la crisis ucraniana”, según le declaró a Reuters.
Aunque China ha sido objeto de arremetidas verbales de Trump –porque sus productos manufacturados y fentanilo invaden mercados y calles de su país–, su reacción fue moderada y hasta propositiva. “Esperamos que Estados Unidos y China promuevan conjuntamente el desarrollo estable, saludable y sostenible de sus relaciones económicas y comerciales”, expresó el portavoz de la Cancillería de la nación asiática, Guo Jiakun.
Las ‘órdenes ejecutivas’ firmadas por Trump han causado manifestaciones en entes multilaterales, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) que lamentó su decisión de retirar a su país y confió en que sea reconsiderada, y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) que externó preocupación por la retirada de EU del ‘Acuerdo de París’ para reducir los gases de efecto invernadero; la portavoz de la agencia Clare Nullis, recordó que esa nación también es una de las grandes víctimas de los desastres meteorológicos, agravados en muchos casos por el calentamiento global.
RIESGO PARA DERECHOS HUMANOS
Los planes de gobierno de Trump fueron criticados por diversos capítulos de Amnistía Internacional en el continente americano, que advirtieron que las políticas que se refieren a inmigrantes y solicitantes de asilo laceran los derechos humanos y van a producir una ‘onda expansiva’ en América Latina, según Rodrigo Bustos, director de AI-Chile.
Para AI de las Américas, hay otros motivos de “preocupación creciente” respecto al gobierno del presidente Trump, como el derecho de las mujeres a vivir sin violencia, así como el derecho a la salud sexual y reproductiva, incluido el aborto, otros ataques a la comunidad LGTBI y un tercero su política respecto al cambio climático.
ONU-Derechos Humanos se refirió a la política antiinmigrantes de Trump. Su portavoz de la oficina con sede en Ginebra, Ravina Shamdasani, dijo a EFE: “Todos los Estados tienen derecho a ejercer jurisdicción en sus fronteras internacionales, pero necesitan hacerlo en línea con sus obligaciones de derechos humanos”.